Que
España es “heavy”, dicen ahora. Esta semana me ha tocado trabajar de turno de
noche, así que mi día a día se torna más a contracorriente de lo habitual. Para
mí, la noche es el día y el día es la noche. Me acabo de levantar hace un rato
y me encuentro con un hashtag en Twitter que reza exactamente como he empezado esta
entrada: #EspañaEsHeavy
Y
resulta que todo es por un programa de televisión. Uno de esos en los que una
única persona con más o menos, mucho, poco o nada de talento, opta a hacerse
rico y famoso. Uno de esos programas que están tan de moda ahora. Lo cierto es
que no se si se llaman “talent shows” o algo por el estilo. Consiste en soltar
un puñado de gente que canta y convertirlos en un producto mediático, vender
discos y, cuando la máquina de hacer dinero se estropea, montar otro concurso
de las mismas características y transformar la energía que hace que el dinero
fluya.
Pues resulta que ayer era la gran final de éste y ha ganado un “heavy”. Para qué queremos más. #EspañaEsHeavy. O el color del dinero es heavy. Resulta que ahora, de la noche a la mañana, todo un país se va a interesar por algo que ha estado ahí desde hace años y por lo que nadie se ha interesado. En realidad nos hemos interesado muchos, pero no debía ser rentable hasta ahora. Y no hablo de que el acceso por parte de los medios haya sido escaso. Lo que digo es que ha sido nulo. Hasta el punto de ningunearnos. Pero ahora mola. Ahora es lo que parte la pana. Todo es superguay. Ahora llevar el pelo largo y la ropa negra, es estar en la onda. Arriba esos cuernos.
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La
crisis del sector no tiene nada que ver, ¿verdad? Que hayan estado vendiendo
una música insulsa, repetitiva y vacía durante los últimos años y que ya no
puedan estirarlo más, no tiene nada que ver, ¿no? Internet, la piratería, la
ausencia de ideas… no influye para nada.
Pues yo, que para estas cosas tengo mucho olfato, me temo una estrategia de mercado de las buenas.
Me
explico:
Si hay
algo que está demostrado, es que los “heavies” compramos música original.
Edición sencilla, edición limitada o edición coleccionista. Pero compramos
siempre que podemos. Seguro que la industria se ha percatado de eso y quiere
explotar esa tendencia.
Por
otro lado, el movimiento no es sólo meramente musical. También es social.
Siempre ha sido un movimiento intelectual, tanto en el aspecto musical como en
el aspecto social, pero también a nivel filosófico. Ahora, que estamos sumidos
en plena crisis, quieren vender un movimiento contracultural, tal vez para
relanzar la industria musical, las tiendas de ropa o esparcir una nueva
corriente social. Lo que ayer era una forma de pensar de gente que había
meditado su postura a lo largo de su día a día, quieren convertirlo en una moda
pasajera. Quieren vender una actitud gracias a que la situación económica es
nefasta.
Todo este movimiento se va a ver relegado a la simple camiseta de un grupo, pero van a aprovechar que el movimiento del Heavy Metal siempre ha tenido una conciencia social y que ha sabido enfocarlo desde distintos puntos de vista. ¿Quieres un cambio? ¿Y cómo lo quieres enfocar?
Todo este movimiento se va a ver relegado a la simple camiseta de un grupo, pero van a aprovechar que el movimiento del Heavy Metal siempre ha tenido una conciencia social y que ha sabido enfocarlo desde distintos puntos de vista. ¿Quieres un cambio? ¿Y cómo lo quieres enfocar?
Ahora,
todos aquellos que vivían de la música comercial, se van a pasar a un bando no
comercial para comercializarlo y explotarlo. Han llegado al Polo Norte, se han
dado cuenta de que todo es frío como el hielo y ahora quieren ir al Polo Sur.
Los Polos es lo de menos. Lo importante es documentar el viaje, grabarlo, editarlo
y venderlo. No buscan la cultura, sino el lucro. Llenarse los bolsillos a toda
costa. Poco les falta a los jueces de “La Voz” para abrir una tienda de ropa “heavy”.
Seguro que mañana, David Bisbal hará (o intentando hacer)
colaboraciones con Jorn Lande o pretenderá grabar unas líneas de voz para
Yngwie Malmsteen.
Llevo
muchos años escuchando Heavy Metal y sus subgéneros. Desde el primer día he
tenido cierta sensación de tener que luchar contra el resto de la sociedad. Al
final, con el tiempo, todos terminaron aceptando que escuchase “ruido”. Tiempo
después terminaron reconociendo que “ese ruido” no era tan horrible o que
incluso estaba lleno de calidad.
Ahora a todos les gusta.
Veinticinco años escuchando esta música, yendo a los conciertos que puedo, escribiendo en webs, blogs, colaborando, etc., y todo de forma desinteresada y ahora #EspañaEsHeavy
A lo mejor es que el esfuerzo de los “metalheads” ha dado resultado. Lo que no tengo muy claro (lo digo con sarcasmo) es si van a empezar a escuchar los grupos de toda la vida o si va a ver una avalancha de nuevas formaciones, creadas todas desde los despachos de las compañías.
Ahora a todos les gusta.
Veinticinco años escuchando esta música, yendo a los conciertos que puedo, escribiendo en webs, blogs, colaborando, etc., y todo de forma desinteresada y ahora #EspañaEsHeavy
A lo mejor es que el esfuerzo de los “metalheads” ha dado resultado. Lo que no tengo muy claro (lo digo con sarcasmo) es si van a empezar a escuchar los grupos de toda la vida o si va a ver una avalancha de nuevas formaciones, creadas todas desde los despachos de las compañías.
¿Os
imagináis un cuarteto vocal de los jueces de estos “talent shows”? La de discos
que van a vender.
Todo un
tropel de canales abiertos en la
TDT y no ha habido ni un solo programa dedicado al Heavy
Metal. Mañana habrá uno, ya lo veréis. Mañana mismo, la misma cadena que ha
organizado y amañado el concurso que ha transformado a #EspañaEsHeavy, contará
con un programa de estas características y nos venderá toda una serie de
productos que ya tenían preparados desde hace meses.
Os dejo la gran final que ayer no vísteis, que se grabó en el año 2006 y que han plagiado.
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