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lunes, 1 de abril de 2013

Muse - The Resistance - Review

DISCO: THE RESISTANCE

AUTOR: MUSE

FECHA DE PUBLICACIÓN: 14 de Septiembre del 2009


Muse - The Resistance


Overture:

A principios de año, Muse entra en estudio para grabar su quinto disco y los rumores empiezan a correr como la espuma. Al parecer, Matthew Bellamy, cantante y compositor de la banda tenía la idea general del disco y se decía que este fanático de la teoría de la conspiración y de la vida extraterrestre había compuesto una obra conceptual de un único corte. Cosa que o bien no era cierta o por otro lado se descartó por cuestiones lógicas, haciendo que la audición del disco fuese algo monótona y difícil de retomar una vez abandonada la escucha. Al mismo tiempo se comentaba que sus propios compañeros habían dicho abiertamente que sus ideas no funcionarían y que el disco sería un fracaso. Matthew insistió y les pidió paciencia y confianza. Así entraron en el estudio, rodeados de rumores y una enorme expectación.

Cross-Pollination:

El trabajo suena a la perfección, con una producción cuidada al milímetro y unos temas de una calidad excepcional. Siendo realistas la primera escucha induce a sospechar que Muse ha perdido fuerza y que cada vez se aleja más del Rock para aproximarse al Pop. Tal vez sea por la intro de veinte segundos que se filtró en la red y que apunta a melodía pegadiza y simplona o tal vez porque para encontrar los detalles más elaborados hay que darle varias escuchas. Uprising es melódica, entretenida y con una letra directa: “They will not force us. They will stop degrading us. They will not control us. We will be victorious”. El disco comienza con el que es el single del redondo, con calidad, pero es superada, a mi modo de ver, por la siguiente Resistance, probablemente la canción más apasionada de todo el trabajo. Un himno que difícilmente caerá en el olvido. La calidad continúa con Undisclosed desires, un tema tranquilo y con cierta inspiración industrial, relajante e hipnótico.

United States of Eurasia es probablemente el corte que más críticas (poco constructivas) ha despertado aún siendo una de las canciones más ambiciosas. Es ambiciosa por ser idealista en su contenido y al mismo tiempo por su concepción puramente musical, pero resulta que a mucha gente le ha resultado una “copia” a Queen. Cierto es que la inspiración viene por esos lares, pero nadie en su sano juicio diría que Muse plagia a nadie porque no lo necesitan (aunque se diría que Coldplay tampoco y Joe Satriani les ha ganado una demanda). Sí se podría decir que es un homenaje a unos grandes del Rock. Guiding light, Unnatural selection, MK Ultra y I belong to you continúan con la estela de calidad y buen hacer, interesantes, imaginativas e inspiradas por partes iguales.

Y la trilogía llamada a despedir el redondo: Tres sinfonías lentas, pausadas, sobrias… Probablemente una forma de despedir el disco un poco lejana a la sensación que produce desde el principio, más movido y colmado de ritmo. Lo que no quita para que sean grandísimas canciones. A destacar de forma puntual el trabajo en el bajo, muy elaborado y con aportes que dan a los temas una brillantez excepcional gracias a que suena en la medida exacta. Un disco imprescindible para el año que acaba. Aunque no tenga Metal en su interior, sí tiene la actitud y la calidad que nos gusta y os recomiendo que lo escuchéis, porque es un regalo para los oídos.

Redemption:

Como colofón a este magnífico trabajo de estudio se han editado diferentes versiones en la edición del álbum disponibles para la compra. Si eres de los que va al grano, tienes la edición sencilla con el disco de estudio. Hay una edición en formato digipack con el cd en audio y un dvd de “regalo” con el making of, muy recomendable para adictos a la información y un paseo a la elaboración del disco y su proceso artístico. En él se puede ver la grabación de los instrumentos, los cambios, arreglos, etc. Para coleccionistas es la edición del box-set de lujo, que incluye el cd en formato digipack con el dvd extra, The Resistance en dos vinilos de 180 gramos, una foto de la banda en gran tamaño y un pendrive de 2 Gb con las canciones en formato Wav, Mp3 y APE Lossless, con una presentación para el ordenador en Flash. Resulta que dando una vuelta por Internet, tratando de recopilar información para hacer la crítica me he encontrado con una edición de este box-set más completa si cabe y es que a través de la página de Warner Bross me he topado con una caja que contiene un añadido más que interesante: un dvd con el disco en formato 5.1.

Después de haber adquirido el box-set por la friolera de 74 €, habiendo tenido que esperar casi un mes y medio porque la distribuidora en España trabaja de forma lamentable, esto último me ha sentado muy mal. Como añadido al comentario anterior aprovecho para despotricar un poco contra tanto intermediario. Resulta que en la tienda habitual donde compro los discos me informan de que Warner da largas para la distribución del disco, aduciendo problemas de logística. El box-set parece que no va a llegar nunca y el dependiente me ofrece la posibilidad de hacer el encargo al extranjero, incrementando el precio en 4 €. Tras tanta espera acepto y tres días después el disco está en la tienda… ¿Cómo se entiende que un disco que viene del extranjero tarde sólo dos días en llegar a España y aquí den largas? ¿Cómo se entiende que sólo den excusas y echen balones fuera a una tienda familiar mientras las grandes superficies sí tienen la edición especial? ¿Quién concibe que de 74 € como precio final el comerciante sólo se lleve 4 €? ¿Quién me explica a mí que tras pagar esa fortuna exista otra edición con el dvd en 5.1? ¡Cuánto sinvergüenza! Ahora mismo pienso ponerme a buscar la forma de descargarme de Internet la versión del disco en dolby 5.1: creo que lo he pagado con creces. Algo huele a podrido en el mundo de la música, pero no es la piratería.




Xentrix - 21/12/09

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sábado, 30 de marzo de 2013

La muerte y el Heavy Metal







La muerte es un producto que vende. Es un gran negocio. Bien de forma directa, porque genera dinero con sepelios o bien de forma indirecta, como un mercado comercializado de diferentes formas.
En la actualidad, el ejemplo más claro de comercialización podría ser el fenómeno zombie, que si bien hasta hace unos años era un subproducto para un mercado muy reducido, gracias a grandes producciones de cine, ha visto incrementado el mercado hasta el punto de hacer una serie temática: “The walking dead”.

Una serie que, por cierto, sigo con asiduidad.
Mi pasión por el fenómeno zombie empezó cuando ví la primera película del género. La noche de los muertos vivientes llamó mi atención desde el primer instante. Lo que no consigo recordar es si me inicié con la original de George A. Romero o lo hice con el remake de Tom Savini. Ambas me gustan por igual, aunque tal vez la original sea la cinta más mítica.
Al margen del contenido como género de terror, la crítica social que tiene me parece fascinante.
La más reciente comedia “Zombies party” (Shawn of the dead) me pareció una fantástica adaptación hacia unos derroteros más distendidos, aunque con mayor contenido aún en crítica social.

La asociación entre muerte y Heavy Metal está ligada prácticamente por definición, como quien dice.
Es una fuente de inspiración casi interminable para portadas, letras, discos, nombres de grupos, etc. Incluso hay un subgénero que de forma expresa fue bautizado como Death Metal, proyectando en dicha subcultura una fuente de inspiración muy delimitada y concreta.

La lista de formaciones asociadas a este género es una competición por ser la más controvertida. Aunque la técnica musical siempre es el adalid principal y al final es el detonante para que una banda realmente triunfe, tener una portada censurada siempre es un aliciente para que los seguidores se interesen por el grupo. La ilustración más retorcida siempre es la más laureada y, como poco, goza de unos minutos de gloria y consigue repercusión. El contexto más morboso siempre es el que al final se lleva la reprimenda de las asociaciones más conservadoras y, por tanto, la más comentada entre las hordas de seguidores. Para ello hay dos tipos de reclamo: el realismo y la ciencia ficción. En ambas hay gran carga emocional, aunque la diferencia está en que uno es una imagen real y ajena completamente a la música y la otra sólo expresa ideas que jamás podrían llegarse a materializar y que por lo general son concebidas de forma exclusiva para adornar el contenido del disco. En el primero de los casos, la realidad simplemente supera a la ficción. Los sucesos horribles nos acompañan en nuestro día a día. No se puede culpar al mensajero. Y en el segundo, sencillamente las ilustraciones son un reflejo de lo que inspira el contenido del disco.

Como fuente inspiración tiene la capacidad de poder mutar, transformarse o asociarse a otros conceptos, como la religión. De este modo hay otros subgéneros estrechamente ligados a la muerte, como son el Black Metal o el Blackened Death Metal, donde la muerte y la religión crean un vínculo en el que el trasfondo se difumina y se crea un nexo entre la vida, la muerte y el culto. De forma social y antropológica se perpetúa el contexto de deidad y muerte, pero desde un plano más filosófico que dogmático. La razón se impone a la religión, aunque reconociendo de forma racional que la muerte es el fin de la vida y que el Hombre necesita explorar lo desconocido.


Hasta aquí todo seguidor estará de acuerdo conmigo:
La muerte forma parte del Heavy Metal de forma muy estrecha. Si hay voces que afirman que el Heavy Metal es como una religión es porque la búsqueda de la razón y el misterio de la vida se haya muy presente en él. 
La Muerte. 
El principio de todo fin y el final de todo principio. La inexorable y carismática presencia de la mujer de negro. ¿Acaso no son las religiones una canalización de ese miedo tan primario a lo desconocido como es la muerte? ¿Acaso las religiones no basan su principal dogma en saciar el miedo irracional de los feligreses al más allá que los atormenta desde el día que nacen?
No hay una respuesta absoluta a la pregunta. De ahí que sintamos la necesidad de aferrarnos a algo tangible que de respuesta a lo intangible.

El Metal Gótico o Gothic Metal también tiene una evidente inspiración por la muerte. De hecho, el mismo nombre está asociado directamente al romanticismo. El verdadero.
Más piadoso y dulce en sus formas, adornado con melodías más agradables que cortejen y edulcoren el momento temido por el oyente. El fin es el mismo que el Death Metal, pero el camino es distinto, aunque en algunos puntos del viaje se pueden cruzar o entrelazar.

El matiz fundamental está en el error que suele cometerse al prejuzgar esa pasión por lo oscuro que hay en el más allá. Generalmente desde el exterior se suele tildar, tanto a los seguidores como a los hacedores, de gente morbosa y retorcida: sociópatas y psicópatas al borde del suicidio social que buscan (o buscamos) en la muerte una herramienta para intimidar y realizar vulgares muestras de fuerza e provocación.

Esos reproches han llegado en innumerables ocasiones precisamente desde púlpitos, situados en iglesias centenarias ataviadas con sus arcos ojivales, rosetones y esculturas cargadas de imágenes terroríficas, sin duda destinadas a atormentar a cualquiera que se atreviese a mirarlas fijamente.
Tal vez todos estos años de reproches han sido en realidad intentos por conservar su propio negocio y su propia campaña de márqueting y finalmente han desistido en explotar o, al menos dejar de hacerlo en exclusiva, lo que en realidad nunca les ha pertenecido.

La gente ya no quiere que se le inculque miedo. La gente quiere respuestas para saciar su curiosidad y al no conseguir la certeza como réplica, necesita apaciguar su frustración con algo más que temor al castigo.


En la calle no se llega a comprender que la pasión que hay en el Heavy Metal por la muerte está basada en los mismos preceptos que hay en las religiones. La muerte no nos es en absoluto algo ajeno, sino que somos extremadamente sensibles a ella. De hecho, nuestra cercana forma de rodearnos y acompañarnos por imágenes sombrías es el modo más sencillo y directo de acercarnos con respeto a ese fatídico momento que todos tememos. Simplemente, nuestra forma de abordar el tema es más terrenal que divino. Explícito: directo.
No somos en absoluto indiferentes al dolor, a la miseria o al sufrimiento humano. Sólo alejamos los fantasmas precisamente hablando de ellos.
Negar lo evidente no es la forma madura de afrontar un problema o una situación incómoda. Tal vez una terapia de choque sea una forma demasiado visceral para aprender a convivir con algo que te atormenta, en cierto modo, pero taparse los ojos y fingir su ausencia no es en absoluto una solución.

Así mismo, la afición por el cine de terror podría asociarse perfectamente en esta exposición, ya que encaja en el aspecto antropológico de lo que aquí intento expresar.
Sentirme atraído por actos de extrema violencia, catástrofes o accidentes, poco se asemeja con el placer de ver imágenes reales de sufrimiento... Es lo opuesto.
Hay que diferenciar lo divino de lo terrenal, la teoría de la práctica y la curiosidad del morbo.
Sin duda tiene que haber un ápice de curiosidad en el estudio de la medicina forense y sin duda que así empezó, estigmatizada por los mismos que saciaban su morbo, esta vez sí, inventando torturas para los acusados de prácticas, a sus ojos, deleznables. El ser humano es así.
Lo único que nos hace iguales es, precisamente, la muerte.

Mucho se ha escrito sobre los detonantes a la hora de juzgar los crímenes. Hay un sinfín de casos en los que el Heavy Metal o el Rock han tenido un papel muy importante a la hora de determinar los motivos que conducen a una persona a cometer atrocidades.
Desde el principio de la música Rock y el Heavy se ha tratado de estigmatizar a los músicos y a esta música porque se la acusa de “incitar” a la violencia o ha salido a la luz que un determinado criminal solía escuchar algún grupo en concreto.
Los casos en los que la música se ha visto involucrada como incitadores son ilimitados. Tal vez los más conocidos sean los casos de Ozzy Osbourne, Judas Priest, Marilyn Manson, Metallica o Slayer…
Por otro lado, sí que es cierto que en el Heavy Metal y sobretodo en subgéneros más extremos como el Black Metal y el Death Metal, los episodios violentos en los que los protagonistas son los propios músicos, son bien conocidos.
En ambos casos, lo que es evidente es que hay que diferenciar entre cometer un delito y que te acusen de incitador. Utilizar la violencia como catalizador social y que se malinterprete, no es culpa del músico. Los crímenes los cometen perturbados mentales y hay que buscar la raíz del problema desde lo evidente. No se puede acusar al Heavy Metal cuando un seguidor comete un crimen. Bajo ese paradigma, habría que realizar un estudio sobre qué gustos musicales tiene un acusado siempre que se le vaya a juzgar. Nunca trasciende que alguien escuche Mozart o Verdi, pero sí su pasión por Cannibal Corpse u otras bandas.
Se mire por donde se mire, no tiene ningún sentido. Que un perturbado afirme haber escuchado la voz de Dios y que éste le obligaba a cometer un acto determinado no significa que, no digo ya que sea una evidencia de la existencia de una deidad, sino que se le pueda culpar como agitador...

Describir actos de violencia en las letras de algunas canciones es un signo de adoración por lo macabro, pero como una manera de purgar y ahuyentar los miedos más básicos de las personas, compartiendo y haciendo partícipe a otros de ese miedo. Nadie mentalmente sano se siente atraído por el sufrimiento ajeno. La necesidad de retratarlo es una manera de alejar el miedo a ese sufrimiento.
¿Cuál es el motivo para seguir viendo el telediario todos los días? ¿Realmente necesitamos estar informados con imágenes explícitas? 
Este es un tema muy controvertido y que en realidad se alejaría del hilo que estoy exponiendo, aunque lo cierto es que, si hay un nexo, es sin duda el hecho de que seguimos viendo el telediario a sabiendas de que el contenido dista mucho de ser agradable. ¿A caso lo necesitamos?
Por otro lado y volviendo a lo que teorizaba antes: ¿Los periodistas son morbosos?

Lo que he aprendido en todos estos años de calaveras es que en absoluto me considero una persona poco sensible, sino todo lo contrario. Y en mis años de “estudio” me he dado cuenta de que, precisamente los seguidores del Heavy Metal, somos tal vez incluso más sensibles. No puedo decir que seamos “más” sensibles por el hecho de escuchar un determinado tipo de música, pero sí que estoy en una posición privilegiada para aseverar que somos sensibles.
La muerte es un escudo invisible que nos dota de la protección necesaria para ahuyentar la amenaza de gente insensible, tal vez. Y la mejor forma de mantener alejada a la gente es con miedo. Y no hay nada más aterrador que alguien te recuerde que, algún día, todo acabará.


sábado, 22 de diciembre de 2012

#ESATlapalabraclave

Tras crear el hashtag #CancionesParaElFinDelMundo, siguiendo con sarcasmo el revuelo de la profecía maya, he tenido una idea que, en realidad, no es original del todo. La expongo, a ver cuál es el resultado.

Hace tiempo, y hablo de cuando era pre o adolescente, los domingos (creo recordar) había un programa en la radio en la que una palabra concreta se convertía en la protagonista absoluta.
Con esa palabra como brújula para dirigir el rumbo del programa, los oyentes llamaban y realizaban la petición musical basándose en la palabra clave de ese día.
El presentador concedía ciertas licencias, como conjugaciones, sinónimos u otros.

Mi idea es recoger esa tradición y adaptarla a las nuevas tecnologías y, en este caso, Twitter. Mediante el hashtag #ESATlapalabraclave, la idea es recoger el mayor número de enlaces a canciones y recopilarlas, posteriormente, pasado un periodo de tiempo. Se puede enlazar a YouTube y/o poner el nombre de la canción y grupo.
Este juego tiene la finalidad de conocer y dar a conocer música.

A modo de ejemplo, quedaría:

  • #ESATtwitter Nombre de Canción - Grupo Enlace a YouTube (voluntario)

Un ejemplo con una palabra podría ser "life/vida":

  • #ESATlife Life is Live - Opus
  • #ESATlife My Life, My Way - Biohazard
  • #ESATlife This Was My Life - Megadeth
  • #ESATvida El Amor de Mi Vida - Tierra Santa

Mi intención es abrir una nueva pestaña en el blog bajo el nombre de "La palabra clave" e ir recopilando listas con las canciones que los usuarios quieran añadir.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Los diez grupos más sobrevalorados de la Historia del Rock



Hace unos días, se publicó en el blog ZeppelinRockOn una serie de listas de diferentes colaboradores, seguidores y anónimos que consistía en enumerar los diez grupos más sobrevalorados de la Historia del Rock.
Cuando estas listas se publican en medios, suelo huir de ellas o leerlas con la intención de echarme unas risas. Por lo general en las grandes revistas mediáticas no suelen mojarse a la hora de “atacar” a los grupos que les dan de comer. Lo que suelen hacer es precisamente lo contrario: ensalzarlos en listas desproporcionadas, bien por grupos o por músicos.
Hacer listas colaborativas en un blog, contando con la opinión de gente que escucha música, me parece muy interesante. Jamás se va a conseguir una opinión objetiva, pero creo que lo respetable de estas listas es precisamente el hecho de obviar la supuesta objetividad en detrimento de las opiniones personales sin intención de ocultarlo.
La lista de un único individuo (como, por ejemplo, la mía) no revela una verdad. No se la puede considerar ni como axioma, ni como dogma. En cambio, tal vez la lista común, que refleje una mayoría, se puede considerar lo más objetivo y plural al respecto.
Lo malo es que por lo general este tipo de listas suelen hacer bastante daño a los que consideren falacias incluir determinados nombres. A mi me resulta muy entretenido. Lo bueno es que la lista es extremadamente flexible. Si me preguntas dentro de un mes, seguro que cambio algún nombre.

Por otro lado, antes de pasar a presentaros mi lista y los motivos (he tratado de sintetizar), he de decir que hacer una lista de “Los grupos más sobrevalorados del Rock” es un poco ambigua, porque antes de nada hay que definir el término Rock. Si para hacer una lista ya hay que contar con imprecisión de una definición, empezamos con ciertas trabas. Basándonos en el amplio espectro del “Rock”, he de decir que jamás incluiría un grupo de Heavy Metal en esta lista, ya que creo que de por sí el Heavy Metal ha estado infravalorado durante los últimos años en detrimento del Rock, que ha estado sobrevalorado en ciertos aspectos y se ha usado incluso la etiqueta para poder vender algunos grupos. Si se hiciese una lista en este sentido de otros estilos, estaría dispuesto a tirar de la manta.
También quiero dejar claro que en esta lista no he pretendido dar a entender que he estimado enumerar los peores grupos de la Historia del Rock.



  • Rolling Stones


El primer puesto se lo lleva Rolling Stones porque nunca me han gustado, jamás me han llamado la atención y porque, a parte de Satisfaction, Sympathy for the devil y Angie, no conozco nada más de esta gente... y mira que son famosos. Sí que he oído más cosas, como es lógico, pero me he quedado como estaba: ni me he molestado en indagar qué era o como se llamaba la canción ni he sentido curiosidad. Indiferencia absoluta.
El espectáculo y los directos tan apasionantes que puedan realizar no me dan más motivos para creer en su música. Si tienes medios, el espectáculo está asegurado.
Musicalmente creo que tienen más nombre de lo que realmente han aportado a la música.

  • The Beatles


No me tiembla el pulso al defender esta segunda posición. Y si no es el primero es por un motivo muy sencillo, y es que The Beatles tiene un mayor número de canciones que me gustan que Rolling Stones. La contienda la ganan muy sobrados, la verdad, pero eso no quita que, de una abultada discografía se salven los mismos "Best of" que las compañías sacan cada Navidad para hacer caja y que, variando el orden, aparezcan (obviamente) los mismos cortes.
Como añadido, no sólo tenemos a un grupo de un puñado de éxitos (ojo, que lo bueno es muy bueno), sino que las canciones que no son tan buenas, suelen ser bastante aburridas, en otros casos ñoñas e incluso hasta malas con avaricia.
Que tuvieron la suerte de vivir una época muy concreta es algo innegable.

  • The Doors


Que yo entiendo que a alguien le pueda gustar este grupo, de verdad... pero ¿a tanta gente?
La excentricidad siempre ha vendido discos, pero enseñar el pene jamás salió tan rentable.
Los fans de la banda saben que Jim Morrison era el cantante, pero ¿también saben el nombre del bajista? Y digo esto suponiendo que The Doors tenían un bajista.
Lo de las drogas, las felaciones mientras grababa la voz, el sexo libre y todo eso, para mi no es música.
Matar a tu padre y violar a tu madre es muy Freudiano pero, profundo, lo que se dice profundo, más bien poco.
...Que no.

  • Nirvana


Tampoco derrocho simpatía por este grupo, todo hay que decirlo. Lo cierto es que no sabría decir el motivo: es algo irracional.
También sucumbí en su momento a la locura del "Smells like teen spirit" y Nevermind.
La diferencia es que aquella locura pasajera me duró a penas dos escuchas. Lo suficiente como para darme cuenta de lo lineal del disco, de lo machacón, cansino y repetitivo. Yo no encontré talento. Sí que vi un buen "pelotazo".
Que los fans siempre hayan dicho que el primer disco es infumable y el tercero muy flojo, es más que suficiente. Tres discos y dos malos según los fans. Y el bueno me parece cansino.
Si con todo esto obtenemos tres discos "unplugged" en directo y cuatro recopilatorios, apaga y vámonos. Vender por vender.

  • Dire Straits


Recuerdo los vídeos de esta gente todo el día en la tele, machacando y machacando. Y
Mark Knopfler hablando con su micrófono, en lo que se tornaba un soliloquio bastante aburrido. Cantar, lo que se dice cantar, más bien poco. Como guitarrista jamás aportó gran cosa, excepto la marca asociada a un nombre.
A día de hoy pocos hablan de Mark Knopfler como guitarrista, ni se menta a Dire Straits. Que tiene muchos seguidores es evidente y lógico. No estoy defendiendo que sean un mal grupo. De lo que estoy hablando es de los grupos más sobrevalorados. Dire Straits es uno.

  • Kiss


Sí que reconozco que Kiss tiene unos cuantos temas épicos... No estoy muy seguro de que esos temas sean todos suyos, ni me apetece indagar en algo que me da igual, pero para solucionar el tema de la composición ya tenían a quien les proporcionó un buen puñado de grandes hits: Desmond Child.
Lo de ir de duros poniendo morritos, pintarse como si fuesen a tocar Black Metal y tanta parafernalia y maniobras de marqueting es algo con lo que no comulgo.
Que hagas Hard Rock, Glam, Pop o lo que te de la gana, me parece muy respetable, pero que vayas de tipo duro para vender una imagen que no se corresponde con la música, es algo que no entiendo muy bien.
A mi Kiss me parecen discípulos directos de Abba. La diferencia es que Abba me gusta tal y como son. Kiss no.

  • U2


Lo cierto es que, musicalmente, U2 me inspira cierta indiferencia. Creo que podría decirse que los incluyo como Rock por reconocerles cierto mérito. Su música no me ha transmitido más allá de un par de canciones.
Que hagan giras multitudinarias llenando enormes recintos a precios abusivos es algo que jamás he entendido. Que después la gente aplauda a Bono por hacer política y desprenderse de dinero que le sobra y que sale del bolsillo de los que aplauden es algo que se me torna muy irónico.
Sus últimos discos tampoco es que hayan sido muy brillantes.

  • The Who


The Who es una banda que conozco por C.S.I. y las innumerables versiones que se han hecho de ellos. Cuando escucho la original siempre pienso que han debido componer canciones para que otros hagan versiones mejorando al primero. Como es evidente, su nombre ha estado presente en conversaciones mucho antes de que se usasen sus canciones para diferentes series. Nunca he pasado de un par de canciones. En cualquier caso, la canción editada en los créditos iniciales de C.S.I. Las Vegas es mejor que el original, a mi modo de ver. Su aparición en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos no mejoró la imagen que tenía de ellos.

  • Ramones


Junto con Rolling Stones, probablemente el logotipo más conocido y más comercializado de la historia de la música. Musicalmente, un grupo aburrido hasta la saciedad.

Original, único e inimitable. Eso lo reconozco. Pero cada vez que he escuchado alguna de sus canciones, siempre me quedo esperando a que ocurra algo. Pero no: me quedo a medias, y con una sensación de quedar paralizado, sin poder moverme, como si estuviese encerrado en un habitáculo muy pequeño. En mi discografía no hay cabida para esta banda. Ni la habrá.

  • AC/DC


Si incluyo a AC/DC es más bien por una cuestión de principios, porque la verdad es que me gustan. Pero de una forma práctica, no fanática. Me gusta un buen puñado de canciones, no de discos.
Back in black, evidentemente, es un discazo de principio a fin. No hay nada que objetar.
Blow up your video es otro discazo. Tal vez no está a la altura de Back in black de forma global, pero “Heatseeker”, “Kissin´ dymite” o “This means war” son auténticos temazos. Otra cosa a parte es que “Two's up” sea probablemente la mejor canción compuesta por AC/DC, y eso ya es mucho decir…
El problema es que, en una discografía tan dilatada (ísima) no haya lugar a la sorpresa, empobrece mucho un grupo. Un doble recopilatorio resume la carrera de la banda. Ni que decir tiene que el recopilatorio estaría más cercano a lo divino que a lo terrenal.