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lunes, 8 de julio de 2013

Su Ta Gar - Ametsak Pilatzen - Review

DISCO: AMETSAK PILATZEN


AUTOR: SU TA GAR


FECHA DE PUBLICACIÓN: 19 de octubre de 2010

Su Ta Gar - Ametsak Pilatzen


Cinco años es mucho si hablamos de intervalo de tiempo entre la publicación de dos discos consecutivos. Pero el 2011 nos deparaba un nuevo trabajo de Su Ta Gar, de modo que la espera, aunque larga, ha llegado a su fin.

Sea una coincidencia o no, lo cierto es que este año el nombre de Su Ta Gar cumple veinte años; al menos en el aspecto profesional y en lo que a discos de estudio se refiere. Como formación con el mismo nombre y en el local de ensayo, trabajando y labrándose un futuro, comenzó en el año 87… que se dice pronto.

Y supongo que en cierto modo, y hablando del pasado, estoy en realidad escribiendo sobre el futuro de esa joven formación que un día decidió dedicarse al mundo de la música. De este modo, podemos celebrar todos juntos estos veinte años de discografía, porque si Su Ta Gar tiene algo que celebrar, sin duda alguna sus seguidores de buena gana nos unimos a esa celebración con un disco como “Ametsak Pilatzen” sonando a todo volumen.

Que “Hegan” sea una intro acústica nos transporta directamente al año 1992, a la época de “Hortzak Estuturik”. La composición no es igual, pero es el mero hecho de incluir la intro lo que nos lleva a esa época, ya que no habían vuelto a hacerlo desde entonces y hablamos de siete trabajos entre medias.

Lo que cabría esperar tras esta diferencia tan plausible es que se desatase la locura con un segundo corte rápido, agresivo y rabioso, cosa que siempre ha sido seña de identidad en todos los primeros temas seleccionados para abrir un disco de los de Éibar, con un riff de guitarra agudo y marcando el ritmo de la canción prácticamente con un solo. En este caso, el riff es grave, pero la rabia y la energía sigue siendo la clave.

Para eso, y si hubiesen querido que el disco empezase de forma más clásica, podrían haber elegido “Norbera Bera Ametsen Jabe”, pero lo han dejado como sexto corte del disco.

Me ha llamado la atención poderosamente que este “Ametsak Pilatzen” no pierde intensidad a medida que el disco progresa en la escucha. Tanto “Itsasoz Beteriko Mugetan” como “Jainko Hilen Uhartean” fueron dos discos extremadamente llenos de matices espectaculares, pero que iban perdiendo fuerza a medida que progresaban las canciones. No me refiero a calidad, sino a velocidad. Por supuesto que también hay cabida para cortes más lentos e íntimos, como “Zain, Zure Zain”. Este último trabajo mantiene la fiereza de una actitud joven con el gusto que Su Ta Gar sabe imprimir en su música y la mezcla de texturas, de diferentes estilos. Sin complejos. La velocidad se mezcla con la melodía y la voz de Aitor, que ha ido cogiendo un matiz más grave disco tras disco, alcanza su punto álgido en este redondo.

“Ametsak Pilatzen” es el trabajo de las texturas, que resume, como si de un recopilatorio se tratase, la larga carrera de un grupo que ha sabido traspasar fronteras, demostrando que las fronteras, en muchos casos, son mayores cuanto más cerca están. Tal vez éste sea el disco que consiga el reconocimiento de un grupo tan Grande.

Decir que su último disco es el mejor de su discografía sería soltar un cliché manido hasta la saciedad, casi obligatorio cada vez que alguien estrena obra. No seré yo quien caiga en la trampa y mucho menos siendo tan acérrimo seguidor del grupo, pero reconozco que, aunque siempre acoja con alegría nuevo material de “Suta”, lo cierto es que independientemente de mis gustos, esta gente no me ha decepcionado nunca.

Un año da para mucha música y llegar así a su fin, con algo tan fresco, es una alegría. Ya tenemos candidato a disco del 2011.

Su Ta Gar ha conseguido reunir la fuerza para transformar en carbono toda su discografía y hacer de ella un diamante: “Ametsak Pilatzen”.




Xentrix - 27/12/11

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lunes, 1 de julio de 2013

Axel Rudi Pell - The Ballads IV - Review

DISCO: THE BALLADS IV

AUTOR: AXEL RUDI PELL

FECHA DE PUBLICACIÓN: 26 de septiembre de 2011


Axel Rudi Pell - The Ballads IV


Poco se puede decir de un nuevo recopilatorio de baladas de Axel Rudi Pell. Bien es sabido que cada cierto tiempo nuestro querido amigo tiene la costumbre de aunar las baladas de sus últimos trabajos de estudio para formar un disco recopilatorio, aprovechando la coyuntura cuando tiene alguna idea nueva. En ocasiones pasadas y gracias a este tipo de trabajo nos regaló composiciones inéditas como “Come Back To Me” (pasando directamente a ser una de las baladas mejor valoradas en Alemania) o “Don´t Say Goodbye”.

Esta cuarta entrega de sus baladas reúne temas de sus discos “Mystica”, “Diamonds Unlocked” (versiones), “Tales Of The Crown” y “The Crest”. En esta ocasión el aliciente son tres temas nuevos, grabados en Mayo de este mismo año, aunque lo cierto es que inédito es únicamente el primer corte del disco, ya que el segundo, “Holy Diver”, es un homenaje al desaparecido Ronnie James Dio, en el que han querido grabar la mítica canción de éste, pero ralentizándola para convertirla en una canción triste, en clara alusión a la pérdida del Maestro. “Hallelujah” es la más que reconocible canción de Leonard Cohen y que a fecha de hoy ha sido versionada en infinitas ocasiones. Bajo mi opinión, la mejor sigue siendo la inolvidable interpretación de Rufus Wainwright, aunque el toque de Axel Rudi Pell le da un nuevo atractivo, ya que contar con la voz de Johnny Gioeli es seguro de calidad. Otro punto de vista nuevo respecto a otras versiones conocidas es la inclusión de una coral de niñas, que resulta chocante en un principio, pero que rápidamente consigue encajar en el concepto que Axel pretende plasmar en su versión.

He leído que hay dos diferentes versiones acuñadas, pero la única diferencia es que en la versión normal el solo de guitarra sigue la línea pausada de la canción. En cambio en la otra, se da más rienda suelta a la hora de adornar con las seis cuerdas. Otro punto curioso es que se ha grabado un videoclip para esta canción.

El resto… Pues ya sabemos lo que hay. No ofrece nada nuevo, porque no es nada nuevo.

Para terminar, y como recuerdo que en la última crítica que hice de Axel Rudi Pell dije que sentía que con “The Crest” había tenido una sensación de despedida, me alegro de que se haya editado este “The Ballads IV”, porque significa que aún tenemos Axel Rudi Pell para rato.




Xentrix - 11/11/11

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lunes, 24 de junio de 2013

Megadeth - Th1rt3en - Review

DISCO: TH1RT3EN

AUTOR: MEGADETH

FECHA DE PUBLICACIÓN: 01 de noviembre de 2011

Megadeth - Th1rt3en


Una noche de insomnio para mí significa sentarme frente al ordenador para tratar de encontrar las palabras que dirijan el enfoque de esta crítica. Una noche de insomnio para Dave Mustaine, bien podría ser la forma de buscar un riff de guitarra para componer un tema.
Obviamente no es lo mismo. Yo sólo me siento frente al ordenador y tecleo. La búsqueda de palabras, sea la hora que sea, no es la misma labor que dar forma a un disco. La diferencia es que yo no soy más que un redactor que nadie conoce y Dave Mustaine es un músico mundialmente conocido. Mis palabras no llegarán a miles de personas. Con toda probabilidad, Th1rt3en sí lo hará.

Después de treinta años (que se dice pronto), una persona que está más que curada de espanto en el mundo de la música, sabe perfectamente lo que quiere su público. Hay que estar al pie del cañón si pretendes que tu nombre no caiga en el olvido y Megadeth es perfectamente consciente de que, a estas alturas, los experimentos, los cambios de rumbo o la búsqueda de nuevas experiencias musicales no llevan a ningún lado. Megadeth es Megadeth y carece de sentido hacer algo que no se adapte a lo que después de treinta años se ha ido forjando. Mustainte bien podría contratar a Shawn, David y Chris y formar una nueva banda para vender discos con otro nombre, componiendo canciones que nada tengan que ver con lo que la gente quiere de ellos y alejados del sello de Megadeth. Sería honesto, pero la ruina.
Otro enfoque sería componer la música que te apetece con el nombre de Megadeth y experimentar con nuevos sonidos… También sería honesto, porque un músico se ve obligado a expresar su creatividad componiendo, pero las críticas lloverían como agua de mayo.

Así que, qué mejor opción que sentarte junto a tu instrumento favorito, el que mejor dominas, y darle al público lo que quiere: Megadeth. Da igual si la inspiración llama a tu puerta. No la necesitas. La Musa es una compañera que sólo acompaña a músicos jóvenes. Es una amante fogosa que quiere sollozar junto a un lozano y sudoroso soñador idealista. Alguien con metas, ambiciones y la fama mundial como recompensa.
Cuando ya has conseguido todo eso, ¿quién se pasa veinticuatro horas al día pensando en música? Con toda probabilidad un músico que ya ha llegado a su cima profesional no se levanta por la mañana pensando en la canción perfecta, en el riff de guitarra que le consagre ni en la canción que le lance a la fama. Ya retozó con La Musa en su día y se dio cuenta de que con la edad una persona busca otro tipo de metas.

De ese modo, cuando te levantas por la mañana y tu trabajo se limita a ir a tu propio estudio de grabación, repasar material antiguo (una forma de llamar a La Musa) y componer nuevas canciones sin que se note demasiado que no hay nada nuevo en lo que estás haciendo porque, ¿qué coño? Haga lo que haga siempre va a haber alguien que encuentre el modo de criticar lo que hago: Si es repetitivo, porque es repetitivo; si no suena a mi estilo, porque engaño a la gente…
Y como esta fórmula me ha salido muy rentable últimamente, pues sería estúpido cambiarla, ¿no?

El disco en sí me ha sorprendido en cierto modo, porque pensaba que me encontraría con “más de lo mismo” y, aunque efectivamente es “más de lo mismo”, muchos temas en la onda “Rust In Peace”, con sonido “Youthanasia” y toques más alejados como en “Risk”, lo cierto es que después de escuchar los primeros acordes y una vez te adentras en “Th1irt3en”, es inevitable decir: “Joder, son Megadeth”. Tienen técnica, medios y aún queda algo de actitud… ¿No es cojonudo? Al margen de componer por encima de la línea ya dibujada, lo cierto es que hay detalles muy buenos, clichés que atraen y sabiduría técnica.
Yo me levanto por las mañanas, me preparo el café y me lo tomo, mientras esta gente saca un disco con esa misma facilidad. Impresionante.

Me gustaría pensar que en una futura gira la voz de Mustaine podría mejorar, pero a estas alturas prefiero centrarme en algo plausible, como es su nuevo disco y dejar para otro momento los imposibles. Una lástima, pero el tiempo pasa para todos. Al menos siguen siendo profesionales y no han perdido técnica.
Trece son los discos de estudio y trece son los nuevos temas de este disco: “Th1rt3en”. Trece.
La portada, no me gusta. Aunque lo cierto es que las portadas de Megadeth hace tiempo que dejaron de llamar mi atención. Lo importante del disco lo encontrarás en el interior.

Supongo que es de esperar que cualquiera que lea mi crítica sobre este disco piense que he hablado poco de la obra en sí y en cambio he escrito demasiado acerca de pensamientos furtivos. Lo entiendo. Es lógico, y no tengo miedo a que cualquiera lo exprese abiertamente. Al menos he de reconocer por mi parte que me ha inspirado lo suficiente para sentarme frente al ordenador, pensar, buscar las palabras y escribir algo que espero que alguien logre apreciar.
Lo verdaderamente importante, o al menos a la conclusión a la que he llegado, es que a día de hoy, si Megadeth saca un disco, las críticas hacia su música van a ser venir de uno u otro lado. En este caso, y bajo mi punto de vista, es que actualmente la directriz para componer se basa en discos como Endgame, United Abominations o System Has Failed. No hay nada nuevo, nada fresco ni original.
Si hubiese sido enfocado de otra manera, como ocurrió con discos como Cryptic Writings, Risk o The World Needs A Hero, otras voces se alzarían argumentando un cambio de rumbo…

La conclusión a la que se puede llegar, y permitidme una licencia filosófica, es que si nadie critica su primera etapa es porque precisamente es la primera etapa, y no hay con qué compararla. Se la toma como válida y es el punto de partida para desgranar el resto de su discografía. También hubo cambios entonces, pero el tiempo parece que ha disipado todas esas voces críticas; o a lo mejor es que ciertamente La Musa convivía con Megadeth; o es que el punto de vista años después es más o menos objetivo… o incluso deberíamos olvidarnos de lo que fue y centrarnos en lo que es.

Curioso: me apetece más pensar en cómo se debe sentir un músico como Dave Mustaine y lo que le rondará por la cabeza, que escuchar su último disco.



Xentrix - 07/11/2011

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