lunes, 8 de octubre de 2012

W.A.S.P. - The Neon God Pt. 2: The Demise - Review

DISCO: THE NEON GOD PT. 2: THE DEMISE

AUTOR: WASP

PUBLICADO: Septiembre 2004

NOTA: 8.5


Reconozco que la escucha del primer acto de esta obra conceptual es harto engañosa. Y es que en principio parece ser un lanzamiento que pase desapercibido en la trayectoria de Wasp. Una muesca más dentro de una discografía repleta de talento y éxitos a granel. Y cuando escuchas con atención todo el conjunto parándote a exprimir cada nota, cada frase, cada Todo como un mismo elemento, te das cuenta de que es una obra de arte a la altura del mismísimo Crimson Idol ( aunque sin entrar en comparaciones).
Y lo primero antes de comenzar con la crítica de esta segunda parte es que debo puntualizar que me ha tocado un disco difícil, la verdad. A priori, antes de escuchar el trabajo en sí, nada indica que vaya a serlo ya que al fin y al cabo es simplemente un disco más. Tal vez el que sea la segunda parte de una obra conceptual es algo que matiza levemente esta cuestión por el mero hecho de no ser un disco aislado: una obra más de estudio

Todo esto cambia cuando escuchas el disco y es que me ha dejado totalmente descolocado. Ya no os puedo contar lo que me ha parecido el redondo y su contenido como tenía pensado hacer. No se como explicároslo para que me entendáis, pero intentaré hacer algo al respecto hasta que podáis decidir por vosotros mismos lo que os parece.

El disco en sí empieza sin introducción alguna, lo cual no es de extrañar, teniendo en cuenta que es la continuación del “Raging storm”, como si la obra en sí no estuviese dividida en dos partes físicas que son dos Compact discs. Pero no sólo eso, sino que ni siquiera hay una parte melódica a la que se le una la voz: es la voz la que comienza el disco!!, con un “Never say die. Never say die. No, no.” y uniéndosele el resto de instrumentos. Si, de acuerdo: Esto no es algo que descoloque a cualquier oyente habitual ( ni de Wasp, ni de cualquier otro grupo), pero llama la atención. El tema en sí no es nada especialmente raro: es una composición como otra cualquiera, con un estribillo que coincide con la parte que he comentado y que da título a este primer corte y con un riff principal de guitarra típicamente “heavy”.
Después viene el “Resurrector”, que para nada corrobora mi teoría hasta que llega un sospechoso estribillo tremendamente parecido al de “Sister Sadie”, pero con una cadencia levemente distinta y con una letra completamente diferente... El caso es que todo lo demás no tiene ningún parecido, de modo que lo que Blackie ha hecho es usar una melodía previamente concebida y transformarla ( como la materia, que ni se crea ni se destruye).
Pero, un momento... ¿ Esto que es? ¿ “The demise” o “The rise”?... Me estoy liando. La guitarra acústica, los mismos acordes... Pero no; desde luego la lírica es completamente distinta y por seguro que la línea de bajo y la batería están grabadas de forma distinta a la que ya conocemos. Un cambio de ritmo... El teclado a modo de Hammond pero con diferentes acordes... No, no. No hay duda: este tema tiene mucho parecido pero para nada es el mismo. Esto empieza a llamarme la atención, de modo que prosigamos con la escucha.
“The clockwork Mary” es una canción tranquila que reposa todo su peso en una guitarra acústica y en la melancólica voz de Mr. Lawless. Ah, vale. Todo ha sido un deja-vu; una mala pasada de mi imaginación; No hay ninguna oscura intención de confundir a los fans. El tema se anima, mediante un sencillo puente ( bridge que le llaman los ingleses) y adornado con un solo de guitarra de esos que te ponen de rodillas para volver a la guitarra acústica y dar conclusión a la canción.
Lo que viene después no hace que mi delicada mente se confunda con recuerdos previos de la discografía de Wasp, aunque es obvio decir que “Tear down the walls” es un tema compuesto por Wasp, por lo que no vamos a encontrar una originalidad o un cambio de registro inesperado a estas alturas que hagan que nos planteemos nuestro conocimiento sobre esta banda de Nueva York. Gracias a Dios ahora se que mi pequeño atisbo de locura ha sido algo fugaz, confundiendo unas canciones con otras; unos acordes con otros. Empezaba a preocuparme por mi estado de salud mental.
El siguiente corte es realmente curioso, y es que “Come back to black” hace un juego de palabras estupendo entre el título del tema, que en castellano significa “vuelta al negro”, con el curioso ramalazo y parecido musical que tiene a algunos pasajes del “Still not black enough”. Una batería machacona y sencilla, marcada por el charles y un estribillo de voz destinado a quedarse en la cabeza a la primera. A penas hay letrística, basando todo el peso de la composición en la repetición de la frase del título, apoyado por unas voces que denotan una gran producción en el disco y es que grabar muchas voces requiere pistas de estudio; por lo tanto más trabajo; más tiempo y por ende, más dinero invertido.
Se nota que Blackie está entrado en años y es que “All my life” es intimista a más no poder. Desprende feeling... No, que demonios: sentimiento. Si tenemos palabras en castellano, ¿ por qué dejarnos invadir por una lengua extranjera? Sentimiento. Recuerda mucho al “What I´ll never find”, de la primera entrega de toda esta historia de Jesse Slane y su obcecación por ser un líder.
“Destiny´s to come” es un trallazo, que lejos de ser una balada o una canción lenta torna esa sensación intimista a rabia en estado puro. No es sólo la forma de componer de Blackie lo que le hace único a él y su banda: es la actitud que muestra cuando interpreta sus canciones. Cuando las canta, las llora, las grita... Esto es algo que siempre me ha gustado de Wasp. Da igual que flojeen un poco como pasó con su “Dying for the world”: la actitud nunca decae. Es Wasp y siempre lo serán.
Otra vez!!! Otro deja-vu recorre mi mente... De nuevo esa sensación. Pero ahora se que no me he vuelto loco. Lo ha hecho a posta. No para volvernos locos, ni mucho menos. Ni para que creamos que se ha quedado sin ideas a la hora de ofrecernos material nuevo. De hecho este tema es el más largo que tiene Wasp hasta la fecha. Este tipo lo que ha hecho es un homenaje a sí mismo y a su “The great misconceptions of me” que concluía el Crimson idol... Pero esta vez ha superado su duración. Ha cogido todas las melodías de ambos Neon God y metiéndolas en un crisol se ha sacado de la manga un último acto que resume toda la obra. Por supuesto no creamos que esta gente se está riendo de nosotros. Los temas están grabados de nuevo, las líneas vocales cambian en determinados matices y la letra no es la misma. De modo que nuestro querido Blackie ha parido un “más difícil todavía”. Nos prometió que esto era lo más grande que había maquinado nunca y aquí está: Una obra conceptual, con una música de la que sólo es capaz un genio musical, demostrando que no sólo es un buen provocador, sino que es un músico con mayúsculas. Creo que Blackie ha fabricado una forma en la que las letras, las canciones y cómo se expresan va estrechamente ligadas, y es que me da en la nariz que el hecho de utilizar melodías idénticas o casi idénticas lo hace ( magistralmente) para enmarcar una faceta o un momento en la vida de su creación: Jesse Slane.
Cierto es que aquí el amigo ha apuntado muy alto. Las opiniones son como el ombligo; todos tenemos una. De modo que no puedo pretender que todos penséis igual que yo a la hora de entender esta maravilla musical. Sólo os puedo rogar que le prestéis la atención que se merece, y si no os entra a la primera, dedicadle una segunda oportunidad porque la merece. Si sois de esas personas que nunca se han sentido atraídas por Wasp, por su música o por su actitud, me alegra comunicaros que esto sigue siendo más de eso que nunca os atrajo.
Señoras y señores, niños y niñas...

W.A.S.P.!!!!!!!!!!

Xentrix - 28/09/04

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