DISCO: MASTER OF THE AIRE
AUTOR: FLAMETAL
PUBLICADO: 29 de enero de 2008
Hace doce años a Bejamin Woods (natural de
Berkeley, California) su compañero de piso (toxicómano) le robó todo su
equipo de música. Lo único que dejó fue una vieja guitarra española.
Como Benjamin no tenía dinero para renovar su equipo y su afán por la
guitarra era desesperante, se puso a aprender guitarra clásica.
El Metal siempre había corrido por sus venas, pero empezó a descubrir que la guitarra con forma de mujer tenía un horizonte que iba mucho más allá de donde él creía ver.
Con el paso del tiempo, guardó la púa en el cajón y hoy en día sigue allí.
Decidió mezclar ambos estilos en uno sólo. El resultado no es sólo innovador, es increíble. Una vez cada mucho tiempo, la música se reinventa. Nace un músico que tiene una idea, la lleva a cabo y consigue hacerse un nombre. Unos crean un estilo, otros se forran de dinero. Creo que en este caso, Flametal va a lo primero. Desconozco lo que les depara el futuro, pero no creo que el público acepte este mestizaje como para que se hagan mundialmente conocidos.
Lo que si os puedo asegurar es lo sorprendido que me he quedado. A mi no me gusta el Flamenco para nada. Lo respeto, pero no me gusta en absoluto. Sí reconozco que las guitarras son impresionantes, pero el resto no me llama nada la atención. Me bajé este disco por curiosidad, y aquí estoy haciendo la crítica de, lo que para mí, es uno de los discos del año.
La producción está muy limitada, debido a que son los propios Flametal los que facturan la grabación. Eso es muy costoso y se notan las carencias. Aún así, el sonido es más que decente. La guitarra española suena con una nitidez digna de admiración y la distorsión de la guitarra eléctrica es realmente buena. La batería, tal vez, sea la más perjudicada en este sentido porque, por fin, el bajo tiene una presencia que rara vez va más allá de la foto del músico para la contraportada del disco. En esta ocasión, el bajo se oye a la perfección. La batería es buena, no me malinterpretéis, pero tal vez suene un poco apagada. Los arreglos de palmas y cajón, aunque tienen presencia, no resultan en absoluto cargantes, ya que son utilizados de forma puntual como arreglo musical y no como un recurso constante.
Lo bueno de todo esto es que cada instrumento suena al volumen necesario. No se tapan los unos a los otros, lo que le da un toque de precisión indispensable para que la fórmula de lo que en un principio parece imposible, torne en sorprendente.
La voz, que yo pensaba que sería lo que más me iba a tirar para atrás, resulta que no es para nada flamenca. El timbre y registro se acerca al Thrash Metal: muy contundente, desgarradora, enfadada. Lo cierto es que, para buscar una similitud más orientativa, la primera vez que escuché el primer corte del disco, que empieza con un punteo precioso de guitarra española, todo sea dicho, cuando empezó lo que es el Metal en sí, me recordó mucho al “Zombie factory” (Circus of death) de Overdose, tanto en el sonido, como en la textura de la voz. Para los que no hayáis tenido la ocasión de escuchar a los arriba mencionados, es otro grupo brasileño de Thrash Metal que salió de las favelas en busca de fama como ya lo hicieran Sepultura. También me parece reconocer cierta cadencia de Chuck Schuldiner.
El resultado de este disco no es sólo óptimo: es una bocanada de aire fresco dentro de la música. Y es que llega un momento en que todo da la sensación de repetirse. Los que lo consiguen, son plagiados. Y si no, los que lo consiguen, son unos plagiadores con mejor visión…
Flametal no. Esto es distinto, es nuevo. Te puede gustar o no, eso está claro. Lo que yo quiero agradecer desde aquí, es que de vez en cuando, sale un grupo que demuestra que no todo está inventado. Y no sólo eso, nos demuestra que, a veces, lo inconcebible se puede hacer y lo que es a todas todas irrealizable, es simplemente porque no se ha tratado desde la perspectiva adecuada. Esa es la razón para la nota que, supongo, a todos os habrá resultado exagerada. No lo es. Es una simple muestra de mi gratitud y mi convicción. Las notas altas se deben mirar con lupa venga la crítica de donde venga. Pero os aseguro que en este caso, lo merecen.
Para terminar: si no encontráis ninguna lógica en cómo se han estructurado y compuesto estas canciones; en cómo se dobla la guitarra española con la eléctrica, dibujando los solos y contrastando la diferencia del sonido… Es que no habéis prestado suficiente atención!!!
Post-data: Que detallazo “friki” ese final del disco con la melodía de la banda sonora de Halloween!!!!
El Metal siempre había corrido por sus venas, pero empezó a descubrir que la guitarra con forma de mujer tenía un horizonte que iba mucho más allá de donde él creía ver.
Con el paso del tiempo, guardó la púa en el cajón y hoy en día sigue allí.
Decidió mezclar ambos estilos en uno sólo. El resultado no es sólo innovador, es increíble. Una vez cada mucho tiempo, la música se reinventa. Nace un músico que tiene una idea, la lleva a cabo y consigue hacerse un nombre. Unos crean un estilo, otros se forran de dinero. Creo que en este caso, Flametal va a lo primero. Desconozco lo que les depara el futuro, pero no creo que el público acepte este mestizaje como para que se hagan mundialmente conocidos.
Lo que si os puedo asegurar es lo sorprendido que me he quedado. A mi no me gusta el Flamenco para nada. Lo respeto, pero no me gusta en absoluto. Sí reconozco que las guitarras son impresionantes, pero el resto no me llama nada la atención. Me bajé este disco por curiosidad, y aquí estoy haciendo la crítica de, lo que para mí, es uno de los discos del año.
La producción está muy limitada, debido a que son los propios Flametal los que facturan la grabación. Eso es muy costoso y se notan las carencias. Aún así, el sonido es más que decente. La guitarra española suena con una nitidez digna de admiración y la distorsión de la guitarra eléctrica es realmente buena. La batería, tal vez, sea la más perjudicada en este sentido porque, por fin, el bajo tiene una presencia que rara vez va más allá de la foto del músico para la contraportada del disco. En esta ocasión, el bajo se oye a la perfección. La batería es buena, no me malinterpretéis, pero tal vez suene un poco apagada. Los arreglos de palmas y cajón, aunque tienen presencia, no resultan en absoluto cargantes, ya que son utilizados de forma puntual como arreglo musical y no como un recurso constante.
Lo bueno de todo esto es que cada instrumento suena al volumen necesario. No se tapan los unos a los otros, lo que le da un toque de precisión indispensable para que la fórmula de lo que en un principio parece imposible, torne en sorprendente.
La voz, que yo pensaba que sería lo que más me iba a tirar para atrás, resulta que no es para nada flamenca. El timbre y registro se acerca al Thrash Metal: muy contundente, desgarradora, enfadada. Lo cierto es que, para buscar una similitud más orientativa, la primera vez que escuché el primer corte del disco, que empieza con un punteo precioso de guitarra española, todo sea dicho, cuando empezó lo que es el Metal en sí, me recordó mucho al “Zombie factory” (Circus of death) de Overdose, tanto en el sonido, como en la textura de la voz. Para los que no hayáis tenido la ocasión de escuchar a los arriba mencionados, es otro grupo brasileño de Thrash Metal que salió de las favelas en busca de fama como ya lo hicieran Sepultura. También me parece reconocer cierta cadencia de Chuck Schuldiner.
El resultado de este disco no es sólo óptimo: es una bocanada de aire fresco dentro de la música. Y es que llega un momento en que todo da la sensación de repetirse. Los que lo consiguen, son plagiados. Y si no, los que lo consiguen, son unos plagiadores con mejor visión…
Flametal no. Esto es distinto, es nuevo. Te puede gustar o no, eso está claro. Lo que yo quiero agradecer desde aquí, es que de vez en cuando, sale un grupo que demuestra que no todo está inventado. Y no sólo eso, nos demuestra que, a veces, lo inconcebible se puede hacer y lo que es a todas todas irrealizable, es simplemente porque no se ha tratado desde la perspectiva adecuada. Esa es la razón para la nota que, supongo, a todos os habrá resultado exagerada. No lo es. Es una simple muestra de mi gratitud y mi convicción. Las notas altas se deben mirar con lupa venga la crítica de donde venga. Pero os aseguro que en este caso, lo merecen.
Para terminar: si no encontráis ninguna lógica en cómo se han estructurado y compuesto estas canciones; en cómo se dobla la guitarra española con la eléctrica, dibujando los solos y contrastando la diferencia del sonido… Es que no habéis prestado suficiente atención!!!
Post-data: Que detallazo “friki” ese final del disco con la melodía de la banda sonora de Halloween!!!!
Xentrix - 10/10/08
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