DISCO: WALLS OF JERICHO
AUTOR: HELLOWEEN
PRIMERA EDICIÓN: 1985
AUTOR: HELLOWEEN
PRIMERA EDICIÓN: 1985
Antes de comenzar a comentar este clásico entre
clásicos debo explicar que me he ceñido a lo que es el álbum propiamente
dicho, prescindiendo de los añadidos posteriores y que forman parte de
ediciones destinadas a aunar un primer mini-Lp ( grabado a
principios del mismo año 1985) ya descatalogado y un single que de
novedoso contaba únicamente con un tema ( Judas) y un par de canciones
en directo ( no incluidos en esas posteriores ediciones).
Por supuesto el atractivo del conjunto es notable en cuanto a interés musical, pero creo que la magia del disco se ha perdido al configurar el orden de las canciones. Ese punto y el hecho de que, al fin y al cabo, no es un disco propiamente dicho, me ha llevado a tomar esta directriz.
Uno de los mas gloriosos comienzos para un disco se inventaron los señores Kai Hansen y Michael Weikath, tratando de hermanar la majestuosidad melódica de un coro de trompetas con la rabia que desprendía el sonido seco y tembloroso de los muros de Jericó al caer: no por la vibración de las trompetas como está escrito en La Biblia, sino por la fuerza de un gigantesco monstruo enfundado en una capa, de poderosos brazos y tuerto de un ojo que golpea todo a su paso como indica la portada del disco. Se puede ver también como los habitantes de la amurallada ciudad tratan de huir presas del pánico o de hacer frente a la criatura con lanzas que a penas resultan mondadientes para el engendro.
Tras perderse esa melodía folclórica que todos reconocemos, suena una guitarra con un riff inolvidable, establecido en quintas y formado a base de levantar la cejilla, tres veces de forma intermitente y constituida por el dedo índice y recorriendo el mástil de forma rápida en diferentes trastes, configurando el compás al completo. Otra guitarra se une para dar presencia a los acordes. La voz de Kai entra en forma de chillido que se pierde en el infinito con el toque característico que da el falsete de garganta y nariz; tan personal del vocalista de origen alemán. Los primeros pasos hacia la historia se han dado, con una producción arenosa, que da la sensación de estar escuchando un disco anticuado en un gramófono. Sin carencias. Todo suena bien compaginado. Es una simple cuestión de tiempo y dinero, no de talento.
...En realidad describir cómo es Ride the sky es ilógico. Es uno de los temas más conocidos en el Heavy metal actual,. Prácticamente una puerta abierta que unía dos salas, que eran el estilo clásico con otra que a la postre sería, con el paso del tiempo, un giro en las maneras. Walls of Jericho, lejos de ser lo que actualmente se denomina Metal Alemán, era un Thrash metal muy melódico, con una voz más matizada de lo que era costumbre, pero con el mismo contenido social en las letras de los temas, encubiertas por metáforas.
Esto sucede por ejemplo en el siguiente Reptile. Lo que en principio parece un mero varano, es en realidad una alegoría donde nos hablan de los banqueros y codiciosos hombres de negocios. El estribillo muestra con música cómo se arrastran estos “reptiles”, de forma dificultosa, pero con un objetivo claro, aplastando el suelo a su paso y lo que se ponga por en medio.
Tras una canción que resulta un tanto monótona, no por insuficiencias, sino de forma calculada para mostrar una letra corrosiva hacia determinados tipos de persona, suena Guardians, con un estribillo portador de una melodía increíblemente pegadiza y que da la sensación de haberla escuchado toda la vida, incluso antes de haber prestado atención a la canción. La lírica se puede interpretar de varias formas, como siempre. Tal vez la lectura mas directa sea la de los medios de información, tergiversando datos y transformando la historia que acontece en la Historia que pasa a la posteridad. Aquí cada uno puede sacar sus propias conclusiones.
Phantoms of death: uno de los temas más elaborados de Helloween, en este primer larga duración, que deja entrever las cualidades compositivas de una banda que pasaría a la historia del Heavy gracias a este y otros discos y que llegarían con el paso del tiempo, dejando atrás el cliché generalizado de canciones con una duración no superior a los tres o cuatro minutos como era habitual. Una guitarra se une a otra que ha empezado de forma solitaria con un riff que se convierte en el guía del tema, cambiado para las estrofas de forma muy sutil. Los arreglos en esta pieza ensalzan a los músicos a la categoría de sabios, gracias a pequeños detalles puntuales, como si hubiesen sido abandonados de forma casual, sin pretenderlo en realidad: pequeños solos de guitarra entre estrofa y estrofa; dibujos imposibles de bajo, que parece que no van a entrar en el compás; rides de batería y redobles de aéreos... Y a mitad de canción, vuelta a empezar para proponernos una última sección y estribillo final que da por concluida la canción y la primera cara del disco.
La segunda parte comienza con un rascado muy directo, que da la sensación de haber sumergido la guitarra bajo el agua, para sacar un sonido vibrante y diluido. Metal invaders es otro tema al más puro estilo Helloweeniano, con muchos cambios de ritmo y un bajo que suena a la perfección. Culpable de ello Markus Grosskopf, saturado de ideas para adornar su trabajo con el instrumento de cuatro cuerdas y un nivel de audio perfecto para disfrutar cada matiz.
Gorgar... Curioso nombre para una canción, pero inteligente sin duda. Con ese nombre quiso el dúo formado por Weikath/ Hansen bautizar el séptimo corte. Gorgar es el nombre de la primera máquina pinball que podía articular hasta siete palabras y construida en 1979. Título elegido para denunciar una enfermedad muy común como es la ludopatía y que esclaviza a personas de cualquier tipo de nivel cultural o económico.
Estás dando vueltas en la sala de juegos, todas las noches lo mismo. Buscas algo nuevo a lo que jugar. Ganar y conseguir entretenimiento es tu único objetivo. Gorgar te comerá. Aderezado con los ingredientes que Helloween atesora y concluido con una palabra que afirma haber ganado la partida: TILT ( arrodíllate). Con esto se quiere dar a entender la debilidad del enfermo y su falta de voluntad ante las luces y sonidos que le tienen cautivado.
Con la sensación de estar grabado en directo, Heavy Metal ( is the law), es un himno que empieza con un solo de batería y donde se afirma la grandeza de este estilo, que perdura a través del paso del tiempo. Frases que tratan de definir cómo somos, dando a entender sensaciones que sólo esta música puede dar y que únicamente alguien inmerso en materia es capaz de comprender.
No hay nada más en todo el mundo [...] Lo necesitamos como un líquido en las venas sustituyendo la sangre. Si no lo sientes, no puedes comprenderlo. Solo de bajo a mitad de canción, el cantante pidiendo que las masas contesten y un final épico con un armónico de guitarra... No hay palabras.
How many tears. Uno de los temas más laureados de los que fueron Helloween. Para muchos la formación real e irrepetible y que de forma inteligente se vio reforzada por un Michael Kiske que tenía sólo dieciocho años y que pasaría a ser una de las voces del Heavy Metal de todos lo tiempos.
Cuántas lágrimas fluyen, hasta convertirse en un mar de lágrimas. Cuántos corazones son destrozados hasta que otro tormento empieza. Pero antes el mundo se formó de un sol. Toda crueldad y violencia en La Tierra morirá y marchará... Unos idealistas estos Helloween. Pidiendo clemencia por los inocentes y diciéndole a toda la Humanidad que unidos, podemos superar toda guerra, hambre y muertes que asolan nuestro bello planeta. A mitad un silencio roto por una guitarra solitaria, dando un discurso al Mundo, hablando de unión, de hermandad y de solidaridad... Así que, unámonos por los derechos humanos. Alejemos esta plaga de odio. Alzad vuestra voz y que traspase la luz. Unios!!! No es tarde.
...Tal vez algún día.
Lo que vino después forma parte de otro relato que forma parte de otra narración. Kai Hansen dejó el liderazgo vocal a un adolescente que acababa de cumplir la mayoría de edad, debido a que le costaba mucho tocar y cantar a la vez ( y que curiosamente sigue haciendo en Gamma Ray)... A partir de ahí éxito, fama, reconocimiento, disputas, despedidas, bienvenidas... Y una nota amarga, como el suicidio del batería Ingo Schwichtenberg, que consumó arrojándose a las vías del tren con una camiseta de Helloween puesta. Al parecer sufría de ataques esquizofrénicos hereditarios y era adicto a las drogas y el alcohol... Había dejado la banda para desintoxicarse y tratar su enfermedad, pero no lo consiguió.
El paso del tiempo hace la Historia y ésta la escriben grupos como Helloween y discos como Walls of Jericho...
Por supuesto el atractivo del conjunto es notable en cuanto a interés musical, pero creo que la magia del disco se ha perdido al configurar el orden de las canciones. Ese punto y el hecho de que, al fin y al cabo, no es un disco propiamente dicho, me ha llevado a tomar esta directriz.
Uno de los mas gloriosos comienzos para un disco se inventaron los señores Kai Hansen y Michael Weikath, tratando de hermanar la majestuosidad melódica de un coro de trompetas con la rabia que desprendía el sonido seco y tembloroso de los muros de Jericó al caer: no por la vibración de las trompetas como está escrito en La Biblia, sino por la fuerza de un gigantesco monstruo enfundado en una capa, de poderosos brazos y tuerto de un ojo que golpea todo a su paso como indica la portada del disco. Se puede ver también como los habitantes de la amurallada ciudad tratan de huir presas del pánico o de hacer frente a la criatura con lanzas que a penas resultan mondadientes para el engendro.
Tras perderse esa melodía folclórica que todos reconocemos, suena una guitarra con un riff inolvidable, establecido en quintas y formado a base de levantar la cejilla, tres veces de forma intermitente y constituida por el dedo índice y recorriendo el mástil de forma rápida en diferentes trastes, configurando el compás al completo. Otra guitarra se une para dar presencia a los acordes. La voz de Kai entra en forma de chillido que se pierde en el infinito con el toque característico que da el falsete de garganta y nariz; tan personal del vocalista de origen alemán. Los primeros pasos hacia la historia se han dado, con una producción arenosa, que da la sensación de estar escuchando un disco anticuado en un gramófono. Sin carencias. Todo suena bien compaginado. Es una simple cuestión de tiempo y dinero, no de talento.
...En realidad describir cómo es Ride the sky es ilógico. Es uno de los temas más conocidos en el Heavy metal actual,. Prácticamente una puerta abierta que unía dos salas, que eran el estilo clásico con otra que a la postre sería, con el paso del tiempo, un giro en las maneras. Walls of Jericho, lejos de ser lo que actualmente se denomina Metal Alemán, era un Thrash metal muy melódico, con una voz más matizada de lo que era costumbre, pero con el mismo contenido social en las letras de los temas, encubiertas por metáforas.
Esto sucede por ejemplo en el siguiente Reptile. Lo que en principio parece un mero varano, es en realidad una alegoría donde nos hablan de los banqueros y codiciosos hombres de negocios. El estribillo muestra con música cómo se arrastran estos “reptiles”, de forma dificultosa, pero con un objetivo claro, aplastando el suelo a su paso y lo que se ponga por en medio.
Tras una canción que resulta un tanto monótona, no por insuficiencias, sino de forma calculada para mostrar una letra corrosiva hacia determinados tipos de persona, suena Guardians, con un estribillo portador de una melodía increíblemente pegadiza y que da la sensación de haberla escuchado toda la vida, incluso antes de haber prestado atención a la canción. La lírica se puede interpretar de varias formas, como siempre. Tal vez la lectura mas directa sea la de los medios de información, tergiversando datos y transformando la historia que acontece en la Historia que pasa a la posteridad. Aquí cada uno puede sacar sus propias conclusiones.
Phantoms of death: uno de los temas más elaborados de Helloween, en este primer larga duración, que deja entrever las cualidades compositivas de una banda que pasaría a la historia del Heavy gracias a este y otros discos y que llegarían con el paso del tiempo, dejando atrás el cliché generalizado de canciones con una duración no superior a los tres o cuatro minutos como era habitual. Una guitarra se une a otra que ha empezado de forma solitaria con un riff que se convierte en el guía del tema, cambiado para las estrofas de forma muy sutil. Los arreglos en esta pieza ensalzan a los músicos a la categoría de sabios, gracias a pequeños detalles puntuales, como si hubiesen sido abandonados de forma casual, sin pretenderlo en realidad: pequeños solos de guitarra entre estrofa y estrofa; dibujos imposibles de bajo, que parece que no van a entrar en el compás; rides de batería y redobles de aéreos... Y a mitad de canción, vuelta a empezar para proponernos una última sección y estribillo final que da por concluida la canción y la primera cara del disco.
La segunda parte comienza con un rascado muy directo, que da la sensación de haber sumergido la guitarra bajo el agua, para sacar un sonido vibrante y diluido. Metal invaders es otro tema al más puro estilo Helloweeniano, con muchos cambios de ritmo y un bajo que suena a la perfección. Culpable de ello Markus Grosskopf, saturado de ideas para adornar su trabajo con el instrumento de cuatro cuerdas y un nivel de audio perfecto para disfrutar cada matiz.
Gorgar... Curioso nombre para una canción, pero inteligente sin duda. Con ese nombre quiso el dúo formado por Weikath/ Hansen bautizar el séptimo corte. Gorgar es el nombre de la primera máquina pinball que podía articular hasta siete palabras y construida en 1979. Título elegido para denunciar una enfermedad muy común como es la ludopatía y que esclaviza a personas de cualquier tipo de nivel cultural o económico.
Estás dando vueltas en la sala de juegos, todas las noches lo mismo. Buscas algo nuevo a lo que jugar. Ganar y conseguir entretenimiento es tu único objetivo. Gorgar te comerá. Aderezado con los ingredientes que Helloween atesora y concluido con una palabra que afirma haber ganado la partida: TILT ( arrodíllate). Con esto se quiere dar a entender la debilidad del enfermo y su falta de voluntad ante las luces y sonidos que le tienen cautivado.
Con la sensación de estar grabado en directo, Heavy Metal ( is the law), es un himno que empieza con un solo de batería y donde se afirma la grandeza de este estilo, que perdura a través del paso del tiempo. Frases que tratan de definir cómo somos, dando a entender sensaciones que sólo esta música puede dar y que únicamente alguien inmerso en materia es capaz de comprender.
No hay nada más en todo el mundo [...] Lo necesitamos como un líquido en las venas sustituyendo la sangre. Si no lo sientes, no puedes comprenderlo. Solo de bajo a mitad de canción, el cantante pidiendo que las masas contesten y un final épico con un armónico de guitarra... No hay palabras.
How many tears. Uno de los temas más laureados de los que fueron Helloween. Para muchos la formación real e irrepetible y que de forma inteligente se vio reforzada por un Michael Kiske que tenía sólo dieciocho años y que pasaría a ser una de las voces del Heavy Metal de todos lo tiempos.
Cuántas lágrimas fluyen, hasta convertirse en un mar de lágrimas. Cuántos corazones son destrozados hasta que otro tormento empieza. Pero antes el mundo se formó de un sol. Toda crueldad y violencia en La Tierra morirá y marchará... Unos idealistas estos Helloween. Pidiendo clemencia por los inocentes y diciéndole a toda la Humanidad que unidos, podemos superar toda guerra, hambre y muertes que asolan nuestro bello planeta. A mitad un silencio roto por una guitarra solitaria, dando un discurso al Mundo, hablando de unión, de hermandad y de solidaridad... Así que, unámonos por los derechos humanos. Alejemos esta plaga de odio. Alzad vuestra voz y que traspase la luz. Unios!!! No es tarde.
...Tal vez algún día.
Lo que vino después forma parte de otro relato que forma parte de otra narración. Kai Hansen dejó el liderazgo vocal a un adolescente que acababa de cumplir la mayoría de edad, debido a que le costaba mucho tocar y cantar a la vez ( y que curiosamente sigue haciendo en Gamma Ray)... A partir de ahí éxito, fama, reconocimiento, disputas, despedidas, bienvenidas... Y una nota amarga, como el suicidio del batería Ingo Schwichtenberg, que consumó arrojándose a las vías del tren con una camiseta de Helloween puesta. Al parecer sufría de ataques esquizofrénicos hereditarios y era adicto a las drogas y el alcohol... Había dejado la banda para desintoxicarse y tratar su enfermedad, pero no lo consiguió.
El paso del tiempo hace la Historia y ésta la escriben grupos como Helloween y discos como Walls of Jericho...
Xentrix - 28/01/05
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