Hace unos días, se publicó en el blog ZeppelinRockOn una
serie de listas de diferentes colaboradores, seguidores y anónimos que consistía
en enumerar los diez grupos más sobrevalorados de la Historia del Rock.
Cuando estas listas se publican en medios, suelo huir de
ellas o leerlas con la intención de echarme unas risas. Por lo general en las
grandes revistas mediáticas no suelen mojarse a la hora de “atacar” a los
grupos que les dan de comer. Lo que suelen hacer es precisamente lo contrario:
ensalzarlos en listas desproporcionadas, bien por grupos o por músicos.
Hacer listas colaborativas en un blog, contando con la opinión de gente que escucha
música, me parece muy interesante. Jamás se va a conseguir una opinión
objetiva, pero creo que lo respetable de estas listas es precisamente el hecho
de obviar la supuesta objetividad en detrimento de las opiniones personales sin
intención de ocultarlo.
La lista de un único individuo (como, por ejemplo, la mía) no revela una
verdad. No se la puede considerar ni como axioma, ni como dogma. En cambio, tal
vez la lista común, que refleje una mayoría, se puede considerar lo más
objetivo y plural al respecto.
Lo malo es que por lo general este tipo de listas suelen hacer bastante daño a
los que consideren falacias incluir determinados nombres. A mi me resulta muy entretenido. Lo bueno es que la lista es extremadamente flexible. Si me preguntas dentro de un mes, seguro que cambio algún nombre.
Por otro lado, antes de pasar a presentaros mi lista y los
motivos (he tratado de sintetizar), he de decir que hacer una lista de “Los
grupos más sobrevalorados del Rock” es un poco ambigua, porque antes de nada
hay que definir el término Rock. Si para hacer una lista ya hay que contar con imprecisión
de una definición, empezamos con ciertas trabas. Basándonos en el amplio
espectro del “Rock”, he de decir que jamás incluiría un grupo de Heavy Metal en
esta lista, ya que creo que de por sí el Heavy Metal ha estado infravalorado
durante los últimos años en detrimento del Rock, que ha estado sobrevalorado en
ciertos aspectos y se ha usado incluso la etiqueta para poder vender algunos
grupos. Si se hiciese una lista en este sentido de otros estilos, estaría
dispuesto a tirar de la manta.
También quiero dejar claro que en esta lista no he
pretendido dar a entender que he estimado enumerar los peores grupos de la Historia del Rock.
Rolling Stones
El primer puesto se lo lleva Rolling Stones porque nunca me
han gustado, jamás me han llamado la atención y porque, a parte de
Satisfaction, Sympathy for the devil y Angie, no conozco nada más de esta
gente... y mira que son famosos. Sí que he oído más cosas, como es lógico, pero
me he quedado como estaba: ni me he molestado en indagar qué era o como se
llamaba la canción ni he sentido curiosidad. Indiferencia absoluta.
El espectáculo y los directos tan apasionantes que puedan
realizar no me dan más motivos para creer en su música. Si tienes medios, el
espectáculo está asegurado.
Musicalmente creo que tienen más nombre de lo que realmente
han aportado a la música.
The Beatles
No me tiembla el pulso al defender esta segunda posición. Y
si no es el primero es por un motivo muy sencillo, y es que The Beatles tiene
un mayor número de canciones que me gustan que Rolling Stones. La contienda la
ganan muy sobrados, la verdad, pero eso no quita que, de una abultada
discografía se salven los mismos "Best of" que las compañías sacan
cada Navidad para hacer caja y que, variando el orden, aparezcan (obviamente)
los mismos cortes.
Como añadido, no sólo tenemos a un grupo de un puñado de
éxitos (ojo, que lo bueno es muy bueno), sino que las canciones que no son tan
buenas, suelen ser bastante aburridas, en otros casos ñoñas e incluso hasta
malas con avaricia.
Que tuvieron la suerte de vivir una época muy concreta es
algo innegable.
The Doors
Que yo entiendo que a alguien le pueda gustar este grupo, de
verdad... pero ¿a tanta gente?
La excentricidad siempre ha vendido discos, pero enseñar el
pene jamás salió tan rentable.
Los fans de la banda saben que Jim Morrison era el cantante,
pero ¿también saben el nombre del bajista? Y digo esto suponiendo que The Doors
tenían un bajista.
Lo de las drogas, las felaciones mientras grababa la voz, el
sexo libre y todo eso, para mi no es música.
Matar a tu padre y violar a tu madre es muy Freudiano pero,
profundo, lo que se dice profundo, más bien poco.
...Que no.
Nirvana
Tampoco derrocho simpatía por este grupo, todo hay que
decirlo. Lo cierto es que no sabría decir el motivo: es algo irracional.
También sucumbí en su momento a la locura del "Smells
like teen spirit" y Nevermind.
La diferencia es que aquella locura pasajera me duró a penas
dos escuchas. Lo suficiente como para darme cuenta de lo lineal del disco, de
lo machacón, cansino y repetitivo. Yo no encontré talento. Sí que vi un buen
"pelotazo".
Que los fans siempre hayan dicho que el primer disco es
infumable y el tercero muy flojo, es más que suficiente. Tres discos y dos
malos según los fans. Y el bueno me parece cansino.
Si con todo esto obtenemos tres discos "unplugged"
en directo y cuatro recopilatorios, apaga y vámonos. Vender por vender.
Dire Straits
Recuerdo los vídeos de esta gente todo el día en la tele,
machacando y machacando. Y
Mark Knopfler hablando con su micrófono, en lo que se
tornaba un soliloquio bastante aburrido. Cantar, lo que se dice cantar, más
bien poco. Como guitarrista jamás aportó gran cosa, excepto la marca asociada a
un nombre.
A día de hoy pocos hablan de Mark Knopfler como guitarrista,
ni se menta a Dire Straits. Que tiene muchos seguidores es evidente y lógico.
No estoy defendiendo que sean un mal grupo. De lo que estoy hablando es de los
grupos más sobrevalorados. Dire Straits es uno.
Kiss
Sí que reconozco que Kiss tiene unos cuantos temas épicos...
No estoy muy seguro de que esos temas sean todos suyos, ni me apetece indagar
en algo que me da igual, pero para solucionar el tema de la composición ya
tenían a quien les proporcionó un buen puñado de grandes hits: Desmond Child.
Lo de ir de duros poniendo morritos, pintarse como si fuesen
a tocar Black Metal y tanta parafernalia y maniobras de marqueting es algo con
lo que no comulgo.
Que hagas Hard Rock, Glam, Pop o lo que te de la gana, me
parece muy respetable, pero que vayas de tipo duro para vender una imagen que
no se corresponde con la música, es algo que no entiendo muy bien.
A mi Kiss me parecen discípulos directos de Abba. La diferencia es que Abba me
gusta tal y como son. Kiss no.
U2
Lo cierto es que, musicalmente, U2 me inspira cierta
indiferencia. Creo que podría decirse que los incluyo como Rock por
reconocerles cierto mérito. Su música no me ha transmitido más allá de un par
de canciones.
Que hagan giras multitudinarias llenando enormes recintos a
precios abusivos es algo que jamás he entendido. Que después la gente aplauda a
Bono por hacer política y desprenderse de dinero que le sobra y que sale del
bolsillo de los que aplauden es algo que se me torna muy irónico.
Sus últimos discos tampoco es que hayan sido muy brillantes.
The Who
The Who es una banda que conozco por C.S.I. y las
innumerables versiones que se han hecho de ellos. Cuando escucho la original
siempre pienso que han debido componer canciones para que otros hagan versiones
mejorando al primero. Como es evidente, su nombre ha estado presente en
conversaciones mucho antes de que se usasen sus canciones para diferentes
series. Nunca he pasado de un par de canciones. En cualquier caso, la canción
editada en los créditos iniciales de C.S.I. Las Vegas es mejor que el original,
a mi modo de ver. Su aparición en la ceremonia de clausura de los Juegos
Olímpicos no mejoró la imagen que tenía de ellos.
Ramones
Junto con Rolling Stones, probablemente el logotipo más
conocido y más comercializado de la historia de la música. Musicalmente, un
grupo aburrido hasta la saciedad.
Original, único e inimitable. Eso lo reconozco. Pero cada
vez que he escuchado alguna de sus canciones, siempre me quedo esperando a que
ocurra algo. Pero no: me quedo a medias, y con una sensación de quedar
paralizado, sin poder moverme, como si estuviese encerrado en un habitáculo muy
pequeño. En mi discografía no hay cabida para esta banda. Ni la habrá.
AC/DC
Si incluyo a AC/DC es más bien por una cuestión de
principios, porque la verdad es que me gustan. Pero de una forma práctica, no
fanática. Me gusta un buen puñado de canciones, no de discos.
Back in black, evidentemente, es un discazo de principio a
fin. No hay nada que objetar.
Blow up your video es otro discazo. Tal vez no está a la
altura de Back in black de forma global, pero “Heatseeker”, “Kissin´ dymite” o “This
means war” son auténticos temazos. Otra cosa a parte es que “Two's up” sea
probablemente la mejor canción compuesta por AC/DC, y eso ya es mucho decir…
El problema es que, en una discografía tan dilatada (ísima) no haya
lugar a la sorpresa, empobrece mucho un grupo. Un doble recopilatorio resume la
carrera de la banda. Ni que decir tiene que el recopilatorio estaría más
cercano a lo divino que a lo terrenal.
Como cinéfilo presto atención a la música que se compone o se selecciona para acompañar la obra, pero soy un casi nulo consumidor de bandas sonoras.
Como toda excepción que perpetúa las reglas y las convierte en tónicas, en mi discoteca hay alguna banda sonora, que atesoro sobremanera.
Para empezar el ciclo de Bandas Sonoras, quiero compartir con vosotros la que considero la mejor jamás compuesta. Aún no siendo un erudito en esta materia, permítanme decirles, queridos contertulios, que para tener gustos no hace falta ser un erudito. Me puede gustar una escultura sin ser escultor y una pintura sin ser decorador de interiores.
Y la banda sonora de El último mohicano es sublime. Cierto que se basa en una melodía y se crea un bucle en torno a ella, pero creo que el que podría ser base de un argumento para hacer una crítica negativa es lo que convierte a la obra en algo magnífico, ya que rara vez se puede crear una melodía tan perfecta que necesite ser grabada con distintos instrumentos, arreglos, tempos y acompañamientos para crear un todo tan perfecto. La culpa de todo es de Trevor Jones y Randy Edelman, creadores de tamaña obra de arte.
No sólo no se llevó el Oscar a la mejor banda sonora, sino que ni siquiera estuvo nominada.
Os dejo el listado de canciones con el enlace a youtube a las canciones, como viene siendo costumbre. Disfrutadlo, que bien lo vale.
Antes de comenzar a comentar este clásico entre
clásicos debo explicar que me he ceñido a lo que es el álbum propiamente
dicho, prescindiendo de los añadidos posteriores y que forman parte de
ediciones destinadas a aunar un primer mini-Lp ( grabado a
principios del mismo año 1985) ya descatalogado y un single que de
novedoso contaba únicamente con un tema ( Judas) y un par de canciones
en directo ( no incluidos en esas posteriores ediciones). Por
supuesto el atractivo del conjunto es notable en cuanto a interés
musical, pero creo que la magia del disco se ha perdido al configurar el
orden de las canciones. Ese punto y el hecho de que, al fin y al cabo,
no es un disco propiamente dicho, me ha llevado a tomar esta directriz.
Uno de los mas gloriosos comienzos para un disco se inventaron los señores Kai Hansen y Michael Weikath,
tratando de hermanar la majestuosidad melódica de un coro de trompetas
con la rabia que desprendía el sonido seco y tembloroso de los muros de
Jericó al caer: no por la vibración de las trompetas como está escrito
en La Biblia, sino por la fuerza de un gigantesco monstruo enfundado en
una capa, de poderosos brazos y tuerto de un ojo que golpea todo a su
paso como indica la portada del disco. Se puede ver también como los
habitantes de la amurallada ciudad tratan de huir presas del pánico o de
hacer frente a la criatura con lanzas que a penas resultan mondadientes
para el engendro.
Tras perderse esa melodía folclórica que
todos reconocemos, suena una guitarra con un riff inolvidable,
establecido en quintas y formado a base de levantar la cejilla, tres
veces de forma intermitente y constituida por el dedo índice y
recorriendo el mástil de forma rápida en diferentes trastes,
configurando el compás al completo. Otra guitarra se une para dar
presencia a los acordes. La voz de Kai entra en forma de chillido
que se pierde en el infinito con el toque característico que da el
falsete de garganta y nariz; tan personal del vocalista de origen
alemán. Los primeros pasos hacia la historia se han dado, con una
producción arenosa, que da la sensación de estar escuchando un disco
anticuado en un gramófono. Sin carencias. Todo suena bien compaginado.
Es una simple cuestión de tiempo y dinero, no de talento.
...En realidad describir cómo es Ride the sky
es ilógico. Es uno de los temas más conocidos en el Heavy metal
actual,. Prácticamente una puerta abierta que unía dos salas, que eran
el estilo clásico con otra que a la postre sería, con el paso del
tiempo, un giro en las maneras. Walls of Jericho, lejos de ser lo
que actualmente se denomina Metal Alemán, era un Thrash metal muy
melódico, con una voz más matizada de lo que era costumbre, pero con el
mismo contenido social en las letras de los temas, encubiertas por
metáforas.
Esto sucede por ejemplo en el siguiente Reptile.
Lo que en principio parece un mero varano, es en realidad una alegoría
donde nos hablan de los banqueros y codiciosos hombres de negocios. El
estribillo muestra con música cómo se arrastran estos “reptiles”, de
forma dificultosa, pero con un objetivo claro, aplastando el suelo a su
paso y lo que se ponga por en medio. Tras una canción que resulta un
tanto monótona, no por insuficiencias, sino de forma calculada para
mostrar una letra corrosiva hacia determinados tipos de persona, suena Guardians,
con un estribillo portador de una melodía increíblemente pegadiza y que
da la sensación de haberla escuchado toda la vida, incluso antes de
haber prestado atención a la canción. La lírica se puede interpretar de
varias formas, como siempre. Tal vez la lectura mas directa sea la de
los medios de información, tergiversando datos y transformando la
historia que acontece en la Historia que pasa a la posteridad. Aquí cada
uno puede sacar sus propias conclusiones.
Phantoms of death:
uno de los temas más elaborados de Helloween, en este primer larga
duración, que deja entrever las cualidades compositivas de una banda que
pasaría a la historia del Heavy gracias a este y otros discos y que
llegarían con el paso del tiempo, dejando atrás el cliché generalizado
de canciones con una duración no superior a los tres o cuatro minutos
como era habitual. Una guitarra se une a otra que ha empezado de forma
solitaria con un riff que se convierte en el guía del tema, cambiado
para las estrofas de forma muy sutil. Los arreglos en esta pieza
ensalzan a los músicos a la categoría de sabios, gracias a pequeños
detalles puntuales, como si hubiesen sido abandonados de forma casual,
sin pretenderlo en realidad: pequeños solos de guitarra entre estrofa y
estrofa; dibujos imposibles de bajo, que parece que no van a entrar en
el compás; rides de batería y redobles de aéreos... Y a mitad de
canción, vuelta a empezar para proponernos una última sección y
estribillo final que da por concluida la canción y la primera cara del
disco.
La segunda parte comienza con un rascado muy directo, que
da la sensación de haber sumergido la guitarra bajo el agua, para sacar
un sonido vibrante y diluido. Metal invaders es otro tema al más
puro estilo Helloweeniano, con muchos cambios de ritmo y un bajo que
suena a la perfección. Culpable de ello Markus Grosskopf,
saturado de ideas para adornar su trabajo con el instrumento de cuatro
cuerdas y un nivel de audio perfecto para disfrutar cada matiz. Gorgar... Curioso nombre para una canción, pero inteligente sin duda. Con ese nombre quiso el dúo formado por Weikath/ Hansen
bautizar el séptimo corte. Gorgar es el nombre de la primera máquina
pinball que podía articular hasta siete palabras y construida en 1979.
Título elegido para denunciar una enfermedad muy común como es la
ludopatía y que esclaviza a personas de cualquier tipo de nivel cultural
o económico. Estás dando vueltas en la sala de juegos, todas las
noches lo mismo. Buscas algo nuevo a lo que jugar. Ganar y conseguir
entretenimiento es tu único objetivo. Gorgar te comerá. Aderezado con
los ingredientes que Helloween atesora y concluido con una palabra que
afirma haber ganado la partida: TILT ( arrodíllate). Con esto se quiere
dar a entender la debilidad del enfermo y su falta de voluntad ante las
luces y sonidos que le tienen cautivado. Con la sensación de estar grabado en directo, Heavy Metal ( is the law),
es un himno que empieza con un solo de batería y donde se afirma la
grandeza de este estilo, que perdura a través del paso del tiempo.
Frases que tratan de definir cómo somos, dando a entender sensaciones
que sólo esta música puede dar y que únicamente alguien inmerso en
materia es capaz de comprender. No hay nada más en todo el mundo
[...] Lo necesitamos como un líquido en las venas sustituyendo la
sangre. Si no lo sientes, no puedes comprenderlo. Solo de bajo a mitad
de canción, el cantante pidiendo que las masas contesten y un final
épico con un armónico de guitarra... No hay palabras.
How many tears.
Uno de los temas más laureados de los que fueron Helloween. Para muchos
la formación real e irrepetible y que de forma inteligente se vio
reforzada por un Michael Kiske que tenía sólo dieciocho años y que pasaría a ser una de las voces del Heavy Metal de todos lo tiempos.
Cuántas
lágrimas fluyen, hasta convertirse en un mar de lágrimas. Cuántos
corazones son destrozados hasta que otro tormento empieza. Pero antes el
mundo se formó de un sol. Toda crueldad y violencia en La Tierra morirá
y marchará... Unos idealistas estos Helloween. Pidiendo clemencia
por los inocentes y diciéndole a toda la Humanidad que unidos, podemos
superar toda guerra, hambre y muertes que asolan nuestro bello planeta. A
mitad un silencio roto por una guitarra solitaria, dando un discurso al
Mundo, hablando de unión, de hermandad y de solidaridad... Así que,
unámonos por los derechos humanos. Alejemos esta plaga de odio. Alzad
vuestra voz y que traspase la luz. Unios!!! No es tarde. ...Tal vez algún día.
Lo
que vino después forma parte de otro relato que forma parte de otra
narración. Kai Hansen dejó el liderazgo vocal a un adolescente que
acababa de cumplir la mayoría de edad, debido a que le costaba mucho
tocar y cantar a la vez ( y que curiosamente sigue haciendo en Gamma
Ray)... A partir de ahí éxito, fama, reconocimiento, disputas,
despedidas, bienvenidas... Y una nota amarga, como el suicidio del
batería Ingo Schwichtenberg, que consumó arrojándose a las vías
del tren con una camiseta de Helloween puesta. Al parecer sufría de
ataques esquizofrénicos hereditarios y era adicto a las drogas y el
alcohol... Había dejado la banda para desintoxicarse y tratar su
enfermedad, pero no lo consiguió.
El paso del tiempo hace la Historia y ésta la escriben grupos como Helloween y discos como Walls of Jericho...
Esta semana me he estrenado en la Comunidad del #FFVinilo y tenía que elegir un disco de entre los que tengo en mi colección para hacer la presentación.
Aquí os dejo la primera de una, espero, larga lista de colaboraciones.
Xentrix - Ghostbusters (1990)
Tras
pensar durante un rato en el vinilo concreto para hacer mi presentación en este
blog, (y aprovecho estas primeras líneas para saludar a todo el mundo) llegué a
la conclusión de que tenía que hacerlo con este, ya que en cierto modo me
representa a la perfección.
Si he
usado precisamente “Ghostbusters” de Xentrix (versión de la canción de la banda
sonora de Ray Parker Jr.) es por diversas razones que expongo a continuación y
que, creo, evidenciarán los motivos para elegirlo:
Xentrix
es el nick que suelo utilizar en Internet. Siempre que abro una cuenta o me
registro en algún foro, blog, página, etc., procuro hacerlo con este sobrenombre.
Hay veces que no está disponible porque algún usuario lo ha escogido previamente…
cosa que suele irritarme bastante, y de ser así, suelo hacer una combinación
entre Xentrix y otra palabra.
Los
motivos por los que siempre uso este nick se basan en una tradición que, como
todas las tradiciones, en realidad se basan en un acontecimiento puntual que
suele tener menos importancia de la que a priori se le suele achacar.
Resulta que, cuando empecé a navegar y a hacer uso de Internet, era la época en
la que escuchaba a este grupo, que conocía desde hacía tiempo y que me había
llamado la atención, pero al que sólo tenía acceso a un disco. Al tener acceso
a más información y otros discos, me acogí al nombre de la banda. Me abrí una
cuenta en Hotmail y usé su nombre y, en ese momento me pareció una buena idea
continuar con esa tónica para no tener demasiadas palabras en la cabeza a la
hora de entrar en foros y navegar. De ese modoempecé a escribir en Metal4All
bajo el seudónimo de “Xentrix”. A día de hoy no he visto la necesidad de cambiarlo.
Es “mi nombre” en La Red.
También
soy un coleccionista de esta banda y he ido adquiriendo distintos artículos en
tiendas y Ebay.
Este
mini LP en cuestión lo tengo tres veces en vinilo por una casualidad:
Primero adquirí la edición normal, pagando un precio relativamente razonable,
tirando a alto. Mientras comprobaba que se realizaba correctamente el pago, me
topé con la misma edición, pero firmada por los componentes de la banda. El
precio de salida eran unos irrisorios 50 centavos de Libra, así que decidí
arriesgarme y pujar con cierto margen. Al cabo de un mes tenía la edición
firmada en mi casa al módico precio de 50 céntimos más los gastos de envío. Un
chollo.
Tiempo después encontré la edición original que Columbia Pictures prohibió por plagio
y que sólo estuvo a la venta una semana. Evidentemente pagué una suma
abultada, pero lo cierto es que esta edición bien lo vale por lo rara que es y
por haberse convertido en una rareza digna de coleccionistas.
Hace a penas unos minutos que Muse han anunciado fecha para España en su Gira por Estadios.
Como se indica en la web oficial, la fecha será el 7 de junio del próximo año y el precio de las entradas oscilarán entre los 45 y los 80 €.
Con motivo de esta noticia, os dejo la crítica que hice de su último disco para Rockthebestmusic.
DISCO: THE 2nd LAW
AUTOR: MUSE
NOTA: 7.5
REVIEW:
Ceder una canción para que formase parte de la banda sonora
de la saga Eclipse no fue un error tan grande como afirmar en una entrevista,
pocos días después que, al hacerlo, la banda tenía la sensación de estar
vendiendo su alma al diablo.
Lo primero no me hizo mucha gracia, porque evidenciaba que este grupo se había
convertido en algo mediático. Al menos demasiado mediático. Lo segundo me sentó
aún peor porque daba a entender que Muse había perdido el control sobre su
propia música o sobre qué hacer con ella. Fruncí el ceño y esperé.
Luego se anunció que serían los encargados de la canción
oficial para las olimpiadas de Londres 2012 y esperé a poder escuchar la
canción en cuestión. El 6 de junio de este mismo año se lanzó de forma oficial,
a través de Youtube, un tráiler viral como presentación del título de este
último trabajo de Muse, “The 2nd Law”. La canción en cuestión sería el
duodécimo corte del álbum, titulado “The 2nd Law: Unsustainable”. Un tema casi instrumental
con cierto halo catastrófico, muy acorde con las teorías de la conspiración de
las que Matthew Bellamy es tan acérrimo. Una composición con todas las características
necesarias para ser la banda sonora de un trepidante thriller de ciencia
ficción que relate el fin de los tiempos. A mi me recuerda mucho al “Puritania”
de Dimmu Borgir pero, como es lógico, con un sonido y trasfondo muy distintos.
Veo un mismo concepto en ambas canciones.
“Survival” vio la luz el 27 de junio, con un montaje de
imágenes olímpicas, acompañando una letra que habla de la fuerza y
determinación que hay en el afán de superación de los atletas. Me pareció una
composición muy lenta y sosa… pero había que dejar que las escuchas revelasen
la verdad.
Durante la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos,
Muse salió al escenario con gestos que denotaban un evidente enfado. Por lo que
tengo entendido, la organización quería que las actuaciones se realizasen en
riguroso playback, a lo que Muse, rotundamente, objetó. Al final, si no me
equivoco, consiguieron que la voz fuese en directo. Una actuación muy corta y
carente de entusiasmo para una ceremonia muy enfocada en la música y que no
había contado con leyendas que bien lo merecían. Lo que todos ya sabemos.
Pocos días después, el chasco me lo llevé yo, y es que
buscando información sobre el nuevo disco y navegando por La Red, encontré una serie de
enlaces a puntos de venta de entradas. Entré por curiosidad y topé con cifras
entre los 120 y los 300 euros, dependiendo de la ciudad. Automáticamente, dejé
muy claro en las redes sociales que mi relación con Muse estaba completamente
moribunda por haberse vendido completamente.
Poco después, fui informado de que la página a la que había accedido era una
web de reventas. La relación no estaba perdida. Lo de las entradas había sido
un malentendido, lo de Crepúsculo es algo que me da un poco igual: me basta con
no ver las películas y, que la gira sólo pase por una ciudad española es algo
que, estoy seguro, remediarán. El disco hay que oírlo, que es lo que cuenta.
…Y el 5 de septiembre se estrenó “Madness”.
“The 2nd Law”
Hablando claro, el revuelo que se ha armado con el último
disco de Muse es un tema de conversación que, mínimo, está dando para llenar
páginas y páginas de críticas. No era mi intención hacer la crítica de “The 2nd
Law” pero al final me he decidido y procedo a comentar los motivos.
En primer lugar, no entiendo exactamente por qué tanta
crítica negativa hacia un disco que, desde mi punto de vista, continúa por la
misma senda que el anterior “The Resistance”. Si hay cambios, son tan sutiles
que no consigo verlos. No han virado de rumbo en cuanto a estilo, forma de
componer o en temática a relatar, por lo que la decepción de tanta gente, no sé
exactamente a qué viene. Si “The resistance” fue la ley, este es “la segunda ley”. El chascarrillo es predecible,
pero reconozcamos que encaja en lo que quiero dar a entender.
“Supremacy” es épico, sinfónico y muy inglés: agitado, pero no revuelto, podría perfectamente
formar parte del encabezamiento de una película de James Bond. Se presenta con
energía para que luego Bellamy nos introduzca en este periplo. Lo hace con voz
tenue, íntima y rodeada de una percusión de marcha de guerra. Roto con un
estribillo en falsete, enérgico y rebelde y abrazado por la orquesta. Lo que
empieza de forma un tanto beligerante, acaba en locura, con un ritmo muy
desenfrenado. Muy Muse.
Donde yo veo el zenit del disco es en el segundo tema. El
elegido como segundo single y que vio la luz con un videoclip que sin duda nos
acompaña a todos estos días de lucha por las calles.
Muse en todo su esplendor, en la misma onda compositiva que “Hate This and I´ll
Love You”, pero con la intención orgásmica de “Showbiz”. Lento, comedido y muy
parco. Un ritmo muy básico que poco a poco se va rodeando de arreglos. Al mismo
tiempo que nos brinda la sensación de ser muy espontáneo, por eso de que se van
sumando más y más instrumentos e ideas, uno no puede quitarse de la cabeza la
premeditación con la que se desarrolla. Esa perfección con la que la melodía
nos recuerda a un “Faith” de George Michael ralentizado. Igual de sencillo,
pero más lento. Con alguna que otra pincelada que recuerda a Prince en los
pasajes más agudos de la voz y pequeños halagos a Queen en la segunda estrofa.
Para la segunda repetición del estribillo el acompañamiento es aún mayor, por
lo que la sensación de progresión se ve acrecentada. El solo es un evidente
gesto de devoción hacia Brian May y su Red Special, con un sonido calcado y un
gusto idéntico. Acto seguido se revela el tercer y último estribillo, pero más
alto, alargado con dos frases más y acompañado por un ligero coro que me
recuerda sobremanera a Rob Halford en un fantástico segundo plano. Y el
desenlace.
Enorme. Impresionante. Apoteósico. Un crescendo inolvidable, que pone el broche
final a una canción que habla de la locura del amor. Como si se abriesen las
aguas:
“I need your love
Capture me,
Trust in our dream,
Come on and rescue me.
Yes, I know, I can't be wrong,
Baby, you're too head-strong.
Our love is...”
“Panic Station” es un híbrido ochentero entre “Need You
Tonight” de INXS y “My Jungle Love” de la banda “The Time” de Morris Day (Si:
los mismos que nos deleitaron con los créditos finales de Jay y Bob el
Silencioso contraatacan) Una mezcolanza entre el pop más edulcorado y el funk
más bailongo. Hortera es la palabra que primero viene a la cabeza con semejante
descripción. Lo cierto es que Muse sabe perfectamente sacarle partido a sus
inspiraciones creando canciones que recuerdan superando el original en muchos
casos. “Panic Station” viene para quedarse.
Un pequeño corte hace de preludio a la banda sonora de los
Juegos Olímpicos: “Prelude” dura apenas un minuto y nos prepara para el ya
conocido “Survival”. El piano marca el ritmo, con un acorde constante. Bellamy
entra comedido, con voz suave. “Una
carrera. La vida es una carrera. Y yo voy a ganar” El resto, un alegato a
la fuerza, determinación y coraje. La letra perfecta para inspirar a
deportistas y aficionados. Un solo de guitarra que libera adrenalina acumulada
y un final muy recargado. Olímpico. Siguiendo la estela de “Uprising”. The Resistance sigue indicando el camino
a seguir como hasta ahora. No hay tantas sorpresas. O, al menos, mi percepción
no las aprecia evidentes.
“Follow Me”, el sexto corte, empieza con un latido, diría
acelerado como el de un bebé en el vientre de su madre: gestándose. Muse tiene
un sello muy personal. Siempre lo ha tenido. Disfruta componiendo obras que se
crecen a medida que se escuchan. Una impronta suya es ir añadiendo elementos
poco a poco, dando más riqueza a lo que siempre comienza como algo muy básico.
Así, “Follow Me”, empieza tranquila, como una balada y va acelerando hasta
convertirse en una canción que recuerda de forma furtiva a aquel “The
Neverending Story”, compuesto para Limahl y la banda sonora de la película que
daba vida al libro de Michael Ende.
El meridiano llega con “Animals”, que viene a delimitar lo
que a la postre es la división del disco. Una canción puente, que me recuerda
al “Origin of Symmetry” en cierto sentido y que separa una primera parte que
responde a la escucha más desenfrenada de la obra y abre la puerta a una segunda
mitad más tranquila, como ya pasó en el anterior redondo.
“Explorers” es balada. Lenta, tranquila y en la línea que
viene siendo las canciones lentas de Muse. No del todo pegajosa, pero sí lenta
y melosa, con unos coros muy setenteros.
Después nos regalan “Big Freeze”, que me recuerda
sobremanera a U2 en un dueto con David Bowie… que no es que yo sea precisamente
un seguidor de tan afamados músicos. Simplemente me sale sin pensar.
Entretenido, melódico y también con el mismo regusto ochentero que deja “Panic
Station”, sin duda por culpa de la guitarra.
“Save Me” la veo más sosa… diría que más Eurovisión, por
etiquetarla de alguna manera: sencilla, que entre fácil y sin demasiadas
florituras. No mata. Tampoco molesta. “Liquid State” es más animada, con un
bajo y una batería más atrevidos. Culpa de Chris, compositor del retoño y que
habla de su lucha contra el alcoholismo. “Save Me” también es de Chris y en
ambas canta el bajista.
“The 2nd Law” se divide en dos: el ya mencionado “Unsustainable”,
misterioso, inquieto, apocalíptico y tecnológico: como parido por Cyberdyne Systems yEl broche final, que lo pone “The 2nd Law: Isolated System”, donde
se podría atisbar de lejos un Tubular Bells, muy difuminado, pero no borrado.
Más voces que relatan acontecimientos poco agradables, el latir del bebé en el
útero, un piano clásico, muy clásico… y todo va tomando forma a medida que
crece. Es el retoño, que se hace mayor. Aislado.
Ya está.
Ni es algo que no pudiésemos esperar ni es algo para lo que
no estuviésemos preparados. El cambio se produjo en The Resistance, que ya se había presagiado con el giro que hubo en Black Holes and Revelations. Que Muse
haga más uso de determinados instrumentos electrónicos y el sonido se haya
desplazado un poco, pero el concepto sigue siendo el mismo.
Tal vez mi forma de haber descubierto a la banda, ya tarde, me brinde una
perspectiva distinta a otra persona, pero en The 2nd Law está “Showbiz”, “Butterflies and Hurricanes” o “New
Born”. Tal vez el punto de partida difiere, pero el camino a recorrer sigue
siendo Muse. Menos guitarra, bajo y batería, pero misma idea y composición. Si
no hubiese ningún cambio, también habría quejas. ¿Un poco más flojo? Puede.
Alucinado me he quedado escuchando este disco. La verdad es que no me
esperaba tanto de esta formación sueca. Me gustaron mucho cuando tuve la
oportunidad de verles en directo, teloneando a Nuclear Assault y
Exodus, en aquel festival, justo el mismo día que Deep Purple llenaba
una plaza de toros. Me parecieron una banda entretenida, que sonaba muy
bien y con unos riffs realmente fascinantes...
A mis manos ha
llegado este “Fiendish Regression” y me ha gustado desde la primera
escucha. Me ha encantado las composiciones, que destacan por tener unas
estructuras basadas en guitarras con un sonido potente y poderoso. La
batería está concebida de forma irregular, con bases que cambian
constantemente, no de forma continua, como a veces es habitual en bandas
de Death Metal. Lo cierto es que la entrada de Pelle Ekegren no ha sido
para mal, ni mucho menos. La voz es gutural de forma más bien grave,
tal vez más atractiva que siendo aguda. Musicalmente la obra está ideada
como un Trash Metal muy elaborado y grabado como Death Metal, para que
os hagáis un idea. De modo que no caigáis en el pensamiento de que
Alucinado me he quedado escuchando este disco. La
verdad es que no me esperaba tanto de esta formación sueca. Me gustaron
mucho cuando tuve la oportunidad de verles en directo, teloneando a
Nuclear Assault y Exodus, en aquel festival, justo el mismo día que Deep
Purple llenaba una plaza de toros. Me parecieron una banda entretenida,
que sonaba muy bien y con unos riffs realmente fascinantes...
A
mis manos ha llegado este “Fiendish Regression” y me ha gustado desde
la primera escucha. Me ha encantado las composiciones, que destacan por
tener unas estructuras basadas en guitarras con un sonido potente y
poderoso. La batería está concebida de forma irregular, con bases que
cambian constantemente, no de forma continua, como a veces es habitual
en bandas de Death Metal. Lo cierto es que la entrada de Pelle Ekegren
no ha sido para mal, ni mucho menos. La voz es gutural de forma más bien
grave, tal vez más atractiva que siendo aguda. Musicalmente la obra
está ideada como un Trash Metal muy elaborado y grabado como Death
Metal, para que os hagáis un idea. De modo que no caigáis en el
pensamiento de que lo que tengo ante mí ahora mismo es otro disco más de
Death Metal. El cuarteto ha sabido congeniar fantásticamente la crudeza
con los cambios de ritmo y la variedad.
En un primer momento me
han recordado a los Morbid Angel del Gateways to annihilation... Y con
el paso del disco y de los temas, me ha parecido atisbar parecidos a
Carcass en algún momento y a Deicide en otros; pero no copias. Grave
tienen personalidad de sobra como para andar plagiando a nadie.
Tal
vez el hecho de que hayan estado cinco años parados en el dique seco
antes de publicar su “Back from the grave”, haya hecho que las fuerzas,
ideas e ilusión se hayan aposentado en sus mentes. Dos años después de
aquella vuelta a los escenarios ( que inauguraron tocando en el
Hard-rock café de Estocolmo) y posterior grabación, han querido
dedicarnos el esfuerzo en forma de este redondo tan impactante.
En
Europa la edición contiene dos temas extra: “Buried at sea” y
“Autopsied”, empaquetados en formato especial. También se ha editado en
vinilo, por si algún coleccionista está interesado.
Si no estás
muy seguro de que el disco sea tan bueno como yo afirmo, pásate por su
página web oficial y descárgate el segundo corte, “Reborn”. Yo me he
quedado muy impresionado con el trabajo de estos cuatro músicos, que
harán una gira en Enero por toda Europa presentando este “Fiendish
regression”...