DISCO: THE CREST
AUTOR: AXEL RUDI PELL
FECHA DE PUBLICACIÓN: 26 de Abril de 2010
Antes de comenzar esta crítica, siento
la necesidad de aclarar que, cuando me dispongo a escribir, nunca hago
borradores, si no que siempre suelo buscar las palabras o la manera de
expresarme de forma mental mientras escucho la música. Digo esto porque
después de darle vueltas a las posibles maneras de afrontar y encadenar
las palabras, me han venido diferentes ideas para expresar lo que me
transmite el disco y, después de barajar las posibilidades, ésta es la
idea general que creo que más llama la atención: “The Crest” me ha
infundido una sensación de despedida.
No se si estaré en lo cierto o no, porque no he leído declaración alguna de Axel Rudi Pell haciendo mención a este respecto. Lo que sí que he dilucidado es una melancolía en la música que me ha llevado a pensar así.
Hace poco podíamos leer en esta misma web que Axel, líder y dueño de la banda, afirmaba que esta era su obra maestra. Había barajado la posibilidad de empezar así la crítica, pero tras escuchar el disco, he llegado a la conclusión de que estas declaraciones pasaban a un segundo plano por diferentes motivos. El disco en sí no me ha parecido que sea su mejor trabajo. La estructura es idéntica a anteriores: con la intro, una canción con fuerza y gancho, otra en la misma línea pero más sosegada y las siguientes conduciendo cada vez más a un intimismo al que Axel nos adentra de forma paulatina.
Por otra parte, si hay otra cosa que me indica (desde un primer momento) que esta obra no es la mejor de la banda hasta la fecha, es por el hecho de haber vuelto la vista atrás para titular su séptimo corte “Dark waves of the sea (Oceans of time pt. 2: The dark side)” y que indica claramente hacia dónde mirar para encontrar el que realmente es el mejor trabajo a vistas de la banda, tomándolo como referencia para encontrar la inspiración y punto de partida para superar lo ya andado. Si bien antes se navegaba en los océanos del Tiempo, ahora se navega por las oscuras olas del mar.
Todos y cada uno de los cortes de este redondo rebosan calidad, feeling y buen hacer al mismo nivel que otros. Lo que tal vez sí que predomina es ese afán de superación que anteriores trabajos no tenían. Hay ambición e interés por abandonar ciertos clichés, pero siempre basándose en el gusto del compositor, que cuenta con una clara línea para concebir su obra. Algo que llama la atención es la ausencia de doble bombo, lo que proyecta a la música menos velocidad y más esfuerzo a la hora de adornar la base rítmica.
Una formación que lleva intacta desde 1998 es una formación compacta, que sabe trabajar en equipo y que compone la música que quiere componer. Si Axel ha sabido hacer algo a lo largo de su carrera es adaptarse a los músicos con los que cuenta, lo que me induce a pensar que si lleva siete discos (y uno más de versiones) ofreciendo la misma línea musical es porque así lo quiere y lo siente, lo que lo convierte en algo honesto.
Si como seguidor crees que esta tónica te resulta tediosa y repetitiva, estás en tu derecho a pensarlo y así apreciarlo. En ese sentido este disco no ofrece nada fuera de lo convencional… Sólo es buena música.
Si este disco ha de destacar por encima de otros o de la obra al completo de Axel y compañía, sólo el tiempo lo dirá. Como fiel seguidor me gustaría que sus conciertos tomasen otra directriz para la selección de temas, dando más presencia a los cortes con más movimiento en detrimento de las baladas y medios tiempos, que se disfrutan más en la intimidad. En los últimos años se han editado un puñado de directos en dvd y el set-list es prácticamente idéntico, pero sus discos me gustan tal y como están.
Échale un vistazo a “The Crest”, que bien lo merece. No esperes nada nuevo, simplemente enrólate, navega por oscuros mares y disfruta.
No se si estaré en lo cierto o no, porque no he leído declaración alguna de Axel Rudi Pell haciendo mención a este respecto. Lo que sí que he dilucidado es una melancolía en la música que me ha llevado a pensar así.
Hace poco podíamos leer en esta misma web que Axel, líder y dueño de la banda, afirmaba que esta era su obra maestra. Había barajado la posibilidad de empezar así la crítica, pero tras escuchar el disco, he llegado a la conclusión de que estas declaraciones pasaban a un segundo plano por diferentes motivos. El disco en sí no me ha parecido que sea su mejor trabajo. La estructura es idéntica a anteriores: con la intro, una canción con fuerza y gancho, otra en la misma línea pero más sosegada y las siguientes conduciendo cada vez más a un intimismo al que Axel nos adentra de forma paulatina.
Por otra parte, si hay otra cosa que me indica (desde un primer momento) que esta obra no es la mejor de la banda hasta la fecha, es por el hecho de haber vuelto la vista atrás para titular su séptimo corte “Dark waves of the sea (Oceans of time pt. 2: The dark side)” y que indica claramente hacia dónde mirar para encontrar el que realmente es el mejor trabajo a vistas de la banda, tomándolo como referencia para encontrar la inspiración y punto de partida para superar lo ya andado. Si bien antes se navegaba en los océanos del Tiempo, ahora se navega por las oscuras olas del mar.
Todos y cada uno de los cortes de este redondo rebosan calidad, feeling y buen hacer al mismo nivel que otros. Lo que tal vez sí que predomina es ese afán de superación que anteriores trabajos no tenían. Hay ambición e interés por abandonar ciertos clichés, pero siempre basándose en el gusto del compositor, que cuenta con una clara línea para concebir su obra. Algo que llama la atención es la ausencia de doble bombo, lo que proyecta a la música menos velocidad y más esfuerzo a la hora de adornar la base rítmica.
Una formación que lleva intacta desde 1998 es una formación compacta, que sabe trabajar en equipo y que compone la música que quiere componer. Si Axel ha sabido hacer algo a lo largo de su carrera es adaptarse a los músicos con los que cuenta, lo que me induce a pensar que si lleva siete discos (y uno más de versiones) ofreciendo la misma línea musical es porque así lo quiere y lo siente, lo que lo convierte en algo honesto.
Si como seguidor crees que esta tónica te resulta tediosa y repetitiva, estás en tu derecho a pensarlo y así apreciarlo. En ese sentido este disco no ofrece nada fuera de lo convencional… Sólo es buena música.
Si este disco ha de destacar por encima de otros o de la obra al completo de Axel y compañía, sólo el tiempo lo dirá. Como fiel seguidor me gustaría que sus conciertos tomasen otra directriz para la selección de temas, dando más presencia a los cortes con más movimiento en detrimento de las baladas y medios tiempos, que se disfrutan más en la intimidad. En los últimos años se han editado un puñado de directos en dvd y el set-list es prácticamente idéntico, pero sus discos me gustan tal y como están.
Échale un vistazo a “The Crest”, que bien lo merece. No esperes nada nuevo, simplemente enrólate, navega por oscuros mares y disfruta.
Xentrix - 27/04/2010
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